LONDRES. Las izquierdas radicales de Europa que llevan algunos años intentando derribar las promesas de una construcción europea y denunciando el rumbo ultraliberal de las políticas económicas que promueve la Comisión Europea están por cosechar en las urnas su resistencia. Ayer arrancaron las elecciones oficialmente con la apertura de las urnas en Holanda y Reino Unido, los dos primeros países que votaron a sus candidatos para ocupar el hemiciclo: 26 eurodiputados holandeses y 73 británicos. En Reino Unido se esperaba la victoria para el UKIP de Nigel Farage y un desplome de los partidos en el gobierno, mientras que los holandeses apostaron por la Unión Europea y rompieron las expectativas sobre el auge de los euroescépticos del político ultra Geert Wilders, a los que relegaron hasta la cuarta fuerza política del país.

 

En Reino Unido, Farage, que encabeza las encuestas con un discurso euroescéptico y contra la inmigración colocó a tu partido Independencia del Reino Unido (IKIP) con un 27% de apoyo según una encuesta difundida ayer, frente al 26% que reciben los laboristas de Ed Miliband, sus principales rivales pese a haber centrado su campaña electoral en cuestiones locales y finalmente, los conservadores del primer ministro David Cameron bajan a la tercera fuerza con el 22% y que supondrá un examen para medir el apoyo del electorado al gobierno de coalición encabezado por Cameron.

 

En todo caso, aunque el recuento de votos empezó ayer por la noche, no se esperan resultados definitivos de las municipales hasta la tarde del viernes.

 

En Holanda por el contrario, los democristianos de la CDA, un partido que en las dos últimas legislaturas ha perdido el apoyo de la confianza ciudadana, se quedaron con cuatro escaños, al igual que los demócrata-liberales del D66.

 

Los demócrata-liberales lograron un 15.6% de los votos, seguidos muy de cerca de los democristianos, que obtuvieron el apoyo de un 15,2 % del electorado, según sondeos a pie de urna dados a conocer por el instituto Ipsos para la cadena de televisión NOS.

 

Menos esperado era el auge de los democristianos, que a pesar de mantener una postura proeuropea, es partidario de que ningún nuevo país se una a los Veintiocho que ya integran la Unión Europea en los próximos cinco años.

El silencio en la sede del partido de Wilders tras las primeras estimaciones electorales reflejó la decepción del partido holandés más crítico con Europa, el único que aboga por la salida de la UE y la vuelta al florín, la antigua divisa neerlandesa.

Con un 12.3 % de los sufragios, Wilders queda relegado, según los sondeos, a la cuarta fuerza política, a un punto porcentual de los liberales (VVD) del actual primer ministro Mark Rutte, quedando ambos empatados a 3 escaños.

 

Si los resultados se confirman el próximo domingo, cuando culminen en los Veintiocho las elecciones del PE, los euroescépticos de Wilders, perderían un escaño respecto a los cuatro que actualmente ocupa en el hemiciclo europeo, mientras que los liberales mantendrían los obtenidos hace cinco años.

 

Los euroescépticos de Wilders, que antes de los comicios hizo un llamamiento a los partidos más críticos con Europa a formar un frente común, se quedarían cortos respecto a la victoria o el segundo lugar pronosticado en los sondeos previos a la jornada electoral.

 

Entre esos partidos estarían el Frente Nacional de la francesa Marine La Pen, que durante la campaña ha mostrado su intención de unirse al político ultra holandés, la Liga Norte de Italia, el Vlaams Belang en Bélgica, el austríaco FPÖ y el Partido Eslovaco Nacional.

 

Los resultados de las elecciones europeas en ambos países se conocerán, al igual que el resto de los países de la UE, el próximo domingo a partir del próximo domingo cuando el Parlamento Europeo los haga públicos.