DONETSK. Decenas de individuos armados tomaron el sábado el control de una estación de policía en una pequeña localidad en el este de Ucrania e izaron una bandera rusa en el lugar en momentos en que se intensifican las tensiones en las regiones de habla rusa en el país.

 

La ciudad de Slovyanks se ubica a unos 90 kilómetros al sur del centro regional, Donetsk, donde manifestantes prorrusos ocupan desde hace casi una semana un edificio de gobierno.

 

Unos 20 hombres que cubrían sus caras con pasamontañas y armados con fusiles automáticos y pistolas vigilaban la entrada en la estación policial, mientras otros 20, según se cree, permanecían en el interior.

 

Todos utilizaban listones de San Jorge, un símbolo de la victoria de la Unión Soviética en la Segunda Guerra Mundial y que se ha convertido ahora en símbolo de los manifestantes prorrusos en el este de Ucrania.

 

El este de Ucrania, que tiene una gran población de habla rusa, ha sido escenario de numerosas protestas desde que fue derrocado en febrero el presidente Víktor Yanukóvych, simpatizante del Kremlin.

 

Los manifestantes afirman que las autoridades que asumieron el control en Kiev son nacionalistas y “fascistas” que tienen la intención de reprimir a los rusos étnicos en Ucrania.

 

La región de Crimea, en la que predomina la étnica rusa, aprobó en marzo en un referendo separarse de Ucrania y Rusia se la anexó en acciones que Occidente consideró ilegítimas.

 

Un atacante enmascarado en Slovyansk, que se identificó sólo como Serguéi, dijo a The Associated Press, que ellos “sólo tienen una demanda: un referendo y unirse a Rusia”.

 

El individuo dijo que capturaron el edificio porque querían protegerlo de los nacionalistas radicales del oeste de Ucrania y de la “junta que ha usurpado el poder en Kiev”.

 

“No queremos ser esclavos de Estados Unidos ni de Occidente”, declaró. “Queremos vivir con Rusia”, agregó.

 

El ministro del Interior de Ucrania, Arsen Avakov, dijo que la toma de la estación policial enfrentará una “respuesta muy severa”, en tanto que la prensa local informaba sobre el envío de fuerzas especiales a la región.

 

Simpatizantes locales llevaron neumáticos a la estación de policía para levantar barricadas.

 

Disparos se escuchan en un video después de que un individuo armado gritara a un camarógrafo que dejara de grabar escenas en el lugar. No se informó de momento sobre muertos ni heridos.

 

Las autoridades de Kiev y Estados Unidos acusan a Moscú de fomentar la agitación en el este de Ucrania y de pretender aprovecharla como pretexto para el envío de efectivos a la región. Rusia ha acumulado fuerzas en zonas cercanas a la frontera con Ucrania.

 

Por su parte, la alcaldesa Nelya Shtepa dijo a The Associated Press que ha conversado con los inconformes y les ha indicado que son habitantes locales, no rusos.

 

“Ellos me dijeron: ‘no tenemos nada contra usted”’, dijo la funcionaria, agregando que los hombres señalaron que “quieren ser escuchados, quieren un diálogo con las autoridades en Kiev”.

 

Los manifestantes que ocupan desde el domingo el edificio administrativo en Donetsk solicitaron inicialmente un referendo separatista, pero después redujeron su demanda a un voto sobre autonomía dentro de Ucrania con la posibilidad de efectuar otro después sobre la anexión a Rusia.

 

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia advirtió el viernes al gobierno ucraniano que no utilizara fuerza contra los manifestantes, diciendo que tal acción sabotearía las negociaciones agendadas para la semana próxima para resolver la crisis entre Estados Unidos, la Unión Europea, Rusia y Ucrania, así como cualquier otro esfuerzo diplomático.

 

El ministro ruso de Relaciones Exteriores Serguéi Lavrov fue acucioso respecto a la advertencia en una llamada telefónica realizada el sábado a su homólogo ucraniano, Andriy Deschytsia.

 

Lavrov habló a Deschytsia sobre la “inadmisibilidad de las amenazas constantes de Kiev de asaltar edificios tomados por manifestantes”, según un comunicado de su ministerio.