Luego de pasar la noche del viernes en calma y ver un poco de televisión, el escritor colombiano Gabriel García Márquez amaneció este sábado bien y de buenas, informó su hijo Gonzalo García Barcha.

 

El Premio Nobel de Literatura 1982, quien se encuentra internado en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, “está muy bien y ya se quiere ir a casa”, señaló el hijo del escritor.

 

Con la prisa propia de quien tiene un paciente hospitalizado, García Barcha dijo que los planes se mantienen hasta el momento inamovibles para que el laureado autor abandone la institución médica el próximo martes.

 

El autor de “Cien años de soledad” y otras novelas representativas de la literatura latinoamericana del siglo XX, cumple este sábado su sexto día internado en este nosocomio localizado en la zona sur de la Ciudad de México.

 

En el patio del hospital, la escultura “Árbol de la Vida”, dedicada al fundador de esa institución médica, doctor Salvador Zubirán, parece hacer guardia lo mismo que decenas de medios de comunicación de México y otros países, atentos al estado de salud de García Márquez.

 

El escritor colombiano ingresó al hospital el pasado lunes por la mañana con un cuadro de infección bronquial, deshidratación y una leve afección en los riñones. El tratamiento médico al que está sometido actualmente se basa principalmente en antibióticos.

 

Pese a lo declarado por Gonzalo García Barcha, las versiones en el sentido de que el escritor podría abandonar el hospital este día circulan de forma insistente, y eso ha provocado que los representantes de los medios de comunicación permanezcan frente a la entrada principal del instituto.

 

En medio de la preocupación generada por la hospitalización de Gabriel García Márquez, han surgido situaciones curiosas que con el tiempo serán anécdotas entre los comunicadores.

 

Ejemplo de ello es que al mediodía de este sábado arribó una ambulancia y con la idea de que en ella viajaría “Gabo” con rumbo a su casa, más de una decena de cámaras de televisión y fotográficas enfocaron hasta donde se encontraba estacionada la unidad.

 

“¡Ya se va García Márquez!”, gritaron algunos periodistas y todo mundo levantó tomas y disparó las cámaras fotográficas con la esperanza de captar alguna imagen. Sin embargo, un minuto después una camilla acercó a una mujer de avanzada edad a la ambulancia, ante la decepción de quienes observaban la escena.