MADRID. Unos 500 inmigrantes de origen subsahariano entraron el martes en España en uno de los mayores saltos de la valla fronteriza que separa Marruecos del enclave de Melilla.

 

La presión migratoria de los últimos tres meses ha desbordado por completo el centro de internamiento para extranjeros de Melilla, que actualmente aloja a 1.800 personas cuando su capacidad es para apenas 500.

 

El gobierno español respondió a una crisis similar en 2005 con el despliegue del ejército en la frontera del enclave español con Marruecos, en el norte de Africa. El Ministerio del Interior anunció el martes un incremento de la presencia policial con nuevos refuerzos, pero no se habló de efectivos militares.

 

Más de 1.000 subsaharianos intentaron el asalto en distintos puntos de la valla, de 10 kilómetros de largo, a primera hora de la mañana aprovechando una intensa niebla que dificultaba la visibilidad en la zona. Aproximadamente la mitad consiguió franquear la frontera de seis metros de alto, coronada por concertinas de alambres y cuchillas.

 

La policía marroquí arrestó a 250 inmigrantes durante el intento. Abdelmalik El Barkani, delegado del gobierno español en Melilla, definió el salto como uno de los más violentos de los últimos tiempos y dijo que los inmigrantes lanzaron palos, piedras y otros objetos para evitar la actuación de la policía.

 

Un total de 29 inmigrantes resultaron heridos, ninguno de gravedad, en el lado español de la frontera.

 

Con este nuevo episodio ya son más de 1.000 los inmigrantes que han entrado de esta forma en España a lo largo de 2014. Esta cifra, alcanzada en menos de tres meses, iguala prácticamente el total de personas que accedieron al país saltando la valla en todo 2013.

 

El Barkani afirmó que todavía esperan más asaltos y que hay miles de inmigrantes esperando en el lado marroquí de la frontera donde, dijo, son llevados por las mafias del tráfico de personas.

 

“Nos consta que hay un gran número de inmigrantes que están pendientes de dar el salto”, dijo en rueda de prensa.

 

Miles de inmigrantes de países subsaharianos intentan cada año cruzar esa frontera para entrar a suelo europeo. La mayoría de las personas que tratan de saltarla proceden de países del centro y sur de África. Recorren el continente hasta Marruecos, donde esperan cerca de los enclaves españoles de Ceuta y sobre todo Melilla para pisar suelo europeo.

 

Si son detenidos en suelo español, pueden pasar hasta 60 días en un centro de retención. Pero si las autoridades no consiguen identificarlos y repatriarlos, son liberados y pueden trasladarse a la península o a otro país europeo.