Los dos últimos ex consejeros del IFE, Luis Carlos Ugalde y Leonardo Valdés, advirtieron que la reforma electoral podría generar perversidades en los estados al colocar al INE como jefe de los institutos locales y a los Congresos como financiadores.

 

La medida puede generar presiones políticas y disminución del presupuesto en las entidades para organizar elecciones, lo cual calificaron como “el peor de los escenarios” durante el seminario “Reconstrucción de las autoridades electorales y los dilemas de las legislaciones secundarias”.

 

De acuerdo con los cambios constitucionales promulgados en el Diario Oficial de la Federación, el naciente Instituto Nacional Electoral incidirá en los procesos democráticos de los 32 estados al tener la facultad de designar a sus consejeros y atraer la organización de los comicios locales.

 

Sin embargo, el presupuesto para los institutos locales seguirá siendo estatal y será aprobado por sus respectivas legislaturas, lo cual genera “una contradicción operativa de quién paga y quién manda”.

 

Ugalde apuntó que los incentivos perversos se darían desde los Congresos locales, porque “van a decir estoy pagando pero no me pelan, lo que puede ocurrir es que si no tienen más poder de exigir cuentas, sino solamente financiar, puede darse el caso de que encuentren mecanismos de obstaculización, aquí si hay un problema”.

 

En el encuentro, que reunió a los dos ex presidentes del IFE, y uno en funciones, Marco Antonio Baños, el ex consejero Leonardo Valdés refirió que la figura de nulidad de elecciones por rebase de topes de gastos de campaña “puede crear incentivos muy perversos, puede producir muchos problemas”.

 

TALÓN DE AQUILES

 

Para Leonardo Valdés fue un error que el Poder Legislativo centrará su discusión en los nuevos poderes que le otorgarían al INE, lo cual desde antes de aprobada la reforma, dijo, generó presiones de partidos.

 

A su parecer, el primer paso era concretar una Ley de Partidos, cambiar el Código de Instituciones y Procedimientos Electorales en temas como la fiscalización, y ya aprobados esos tópicos analizar si el nuevo instituto se convertiría en un súper IFE o un híbrido, ese es el “talón de Aquiles” de la reforma.

 

“Eso despertó una cantidad de intereses políticos y de presiones impresionantes que nos llevaron a donde estamos, al híbrido que hoy tenemos,  complejo, difícil, que me parece se pudo haber evitado, me parece una mala decisión”, manifestó el ex presidente del IFE, a quién le tocó organizar las pasadas elecciones presidenciales.

 

A su vez, Luis Carlos Ugalde afirmó que la reforma corre el riesgo de no aplicarse en su totalidad debido a la complejidad de las creación de las leyes secundarias y la cantidad de funcionarios electorales de alto nivel que el INE está facultado para designar, como son los consejeros de los estados y encargados de los 300 distritos electorales.

 

Piden ratificación de consejeros

 

El ex consejero presidente del IFE, Luis Carlos Ugalde, pidió a la Cámara de Diputados garantizar la permanencia de los cuatros actuales miembros del IFE en el INE.

 

El encargado de organizar las elecciones de 2006, consideró que Marco Antonio Baños, Lorenzo Córdova, María Marván y Benito Nacif debieron ser ratificados desde que se realizó la reforma y “no hacer fila” para buscar un puesto.

 

Consultado sobre el mismo tema, el ex consejero Leonardo Valdés dijo a 24 HORAS que no se iba a pronunciar públicamente sobre la permanencia de los actuales consejeros.

 

“Se cometió un error muy grave de haber hecho una reforma y haber sometido a una renovación completa, el daño ya está causado, es incorrecto e indigno a la figura de los consejeros decirles fórmate”, dijo Ugalde.

 

La postura del ex presidente del IFE se suma a la de otros personajes del ámbito electoral como José Alejandro Luna Ramos, presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, quien pidió al Poder Legislativo que tomará en cuenta la experiencia de los actuales consejeros para integrarse al INE.

 

Al respecto, Luis Carlos Ugalde apuntó que invitar a los consejeros “que se formen en la fila no es una solución al problema, ya causado, que es no respetar los plazos, cambiar a los consejeros cada que haya una reforma demerita su autoridad y genera un problema de dilapidación de talento”.