Tomar decisiones es quizás la actividad que mejor define a la humanidad. A diferencia de los otros animales, los seres humanos no sólo tomamos decisiones con base en nuestros sentidos, instintos, apetitos o corazonadas; también tomamos en cuenta signos, señales y símbolos. A todo ese conjunto de creencias, saberes y conocimientos ordenados en datos con el propósito de contribuir a la toma de decisiones lo llamamos información.

 

Francis Bacon, matemático, filósofo y científico del siglo XVII se le reconoce la frase: “Información es poder”, y estaba en lo cierto; a mayor disponibilidad de datos, mejor y más fácil será nuestra toma de decisiones. Así, por citar sólo un ejemplo al que nos enfrentamos todos los habitantes de zona metropolitana de la Ciudad de México, una de las más pobladas del mundo, antes de salir de casa consultamos tanto el clima como el tránsito para saber cuál camino tomar.

 

Lo mismo ocurre (o debería ocurrir) en la administración de nuestro presupuesto familiar, el cotidiano “gasto” doméstico; o bien, a la hora de elegir una carrera o, si se tienen las posibilidades, respecto de cuál es el mejor rubro para invertir nuestros ahorros o capitales. Para eso sirve la información, sólo que hay un pequeño detalle, alguien tiene que organizar esos datos de modo que puedan significar un poder: el poder de decisión o elección; ya sea que hablemos de rutas, carreras, inversiones e incluso a quienes elegimos como parejas, jefes o subordinados.

 

Podemos ahora apreciar mejor la importancia que reviste la información y, muy en especial, la labor de aquellas entidades y personas que se encargan, día a día, de identificar, recolectar, procesar, organizar y presentar toda esa información.

 

El Foro Consultivo Científico y Tecnológico, AC (FCCyT), el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) presentarán el Ranking de ciencia, tecnología e innovación 2013, que es una radiografía de las capacidades, oportunidades y oferta que tiene cada estado de la República mexicana para desarrollar la ciencia, tecnología e innovación (CTI).

 

El Ranking de CTI 2013 se integra por 10 aspectos generales o dimensiones, las cuales identifican las capacidades que cada entidad federativa tiene respecto de la ciencia la tecnología y la innovación. Entre ellas se mide también la inversión que cada estado destina para la investigación científica, el desarrollo tecnológico y experimental, así como el fomento e incorporación de nuevos o mejorados productos, procesos o servicios que de tales conocimientos provienen. Incluye también los recursos humanos para la elevar la productividad científica; mejorar la infraestructura empresarial del sector, así como una perspectiva de género, que versa sobre la participación y contribuciones de las mujeres al conocimiento científico y tecnológico, con la particularidad de que indica los niveles de igualdad y equidad existentes en cada sistema estatal de CTI.

 

Toda esta información resulta de gran utilidad para empresarios, investigadores, estudiantes, legisladores y periodistas interesados en conocer las condiciones en que se haya el potencial del sistema nacional de CTI. La presentación es abierta al público y se llevará a cabo mañana miércoles 29 de enero en avenida Revolución No. 333. No falte.