Tiempo de cartas, personalizadas, por mail, o con algún emisario – igual da si es Rodolfo el Reno o alguien que se le parezca – lo importante es hacer llegar la misiva al regordete de traje rojo, barba blanca y trineo mágico; aunque todo dependerá del año que cursaron, y si debajo del árbol destapan regalo o carbón, por aquello de los mal portados… El caso es que los equipos del futbol mexicano mandaron al diablo las formas, y a falta de Santa Claus, decidieron despacharse el ponche y la fruta con el cucharon más grande, y armarse, como mejor les plazca de cara al torneo de Clausura 2014. Un mercado invernal de compras de pánico. Al menos así transcurrió el día de ayer en las instalaciones de la Federación Mexicana de Futbol, donde, poco importaba el moño, si al final el jugador cumplía con el mínimo de los requerimientos del club.

 

América, niño bien portado, aunque caprichoso por querer todos los regalos, berrinchudo en caso de no ganarlos, se movió rápido. Luego de ver a Francisco Javier Maza Rodríguez en la final no lo pensó más y envolvió para destapar el 25 por la mañana regalito paraguayo: Pablo Aguilar, un regalo directamente traído de Tijuana, y claro, avalado por su nuevo estratega Antonio Mohamed, quien lo dirigió cuando hizo campeón a Xolos en 2012. Ahora sólo le falta a los amarillos la segunda parte del pedido: un delantero que no venga defectuoso (por aquello de la mira chueca). Por cierto, en la casa amarilla tiene ofertas al 50 por ciento de descuento y en meses sin intereses, un poco tarde para aquello de El Buen Fin, pero por si alguien le entra, vienen solos o en paquete: Narciso Mina y Hobbit Bermúdez… Mina: potente delantero ecuatoriano, goleador (siempre y cuando lo pongan en la Copa MX), aunque advierten: precaución, no se le someta a partidos de alta presión, como finales.

 

Cruz Azul es el presumido, al que Santa o directiva, le traen el último grito de la moda. Fue en algún tiempo con Chelito Delgado, o más actual con José de Jesús Corona. Hoy, primero, ya renovó al Chaco, segundo, quería al último técnico más ganador mexicano… ¿El Piojo Miguel Herrera? – No, ése ya está dado. Pero para no quedarse con lo mismo, por aquello del qué dirán, ahí está Luis Fernando Tena, ganador del Oro Olímpico en Londres. ¿Qué tal? ¿No es suficiente?, por qué no Marco Fabián, igual y el chico arregla su problema de fiestas y copas en un equipo abstemio cuando de brindar por la Liga se trata. ¿Qué no es suficiente?, que venga otro ex chiva: Xavier Báez, puro refuerzo de lujo directamente del antepenúltimo lugar de la Liga. Y para qué no digan, el pilón: Fausto Pinto, aunque el lateral, sea un repetido… ah no, es que se fue y regresó, por eso la confusión sobre si ya lo tenía o no.

 

No podía faltar el niño regañado. Que si no llena el estadio, malo, que sus jugadores se van de juerga, malo; que su dueño se disculpa por soberbio, malo. Chivas es el que ve para todos lados y quiere todo: nuevo técnico: José Luis Real, nuevo presidente deportivo: Francisco Palencia. Ya no quiere los jugadores que tiene: venta de garage: Luis Ernesto Michel, Héctor Reynoso, Marco Fabián, Miguel Sabah, Miguel Ponce, más los que se acumulen. ¿Qué quiere el chamaco?… Israel Castro, pero ni juega; hay que comprarlo porque patalea; Omar Bravo ¿otra vez?… Jair Pereira, y por qué no, una minicolección de ex figuras articuladas sub -17: Julio Gómez, Francisco Flores y Gerardo Rodríguez. No es todo. Quiere a Jesús Corona y Carlos Salcido, pero es mal portado y parece que no se los merece.

 

Y ni hablar del chavorruco: Pumas. Alguna vez joven; hoy, un cuadro que recurre a viejas (literal) glorias, ya sea propias o de éxitos ajenos: Daniel Ludueña, aquella pantera de Santos, venida a menos con Tuzos, y, cómo olvidarlo, Leandro Augusto, algunas vez de rubia y larga cabellera, o Dante López, campeón alguna vez con los universitarios. Sus importados: Ismael Sosa y Eduardo Lagos.

 

Cartas y cartas a Santa, y hasta para los Reyes Magos. Del campeón León que ya se hizo con Sabah y Chema Cárdenas, aunque dejó mutar a Burbano en tigre. Monarcas tiene a Reynoso, Riascos, Baloy y hasta el diablo tiene derecho a un regalo; ante tanto cuerno, pues un ángel, mejor si se apellida Reyna el jarocho. Atlante para salvarse quiere a Michel, pero éste no se quiere rebajar a ser potro, piensan en Vilar, en Mina. Pachuca tiene a Nahuelpán. Tiempo de cartas… todo depende del año ¿carbón o regalo?