Mérida. El gobierno de Felipe Calderón decidió que la política de vivienda se basara en récords de casa construidas, entre más casas se construyeran y más créditos hubiera significaba que el sector de la vivienda estaba en el rumbo correcto y que las acciones eran las acertadas. Hoy en día estamos viendo como ese modelo de dar más créditos a casas baratas causo el quebranto del sector de la vivienda. Las empresas constructoras tenían el incentivo de buscar tierra marginal, abaratar costos y colocar créditos entre la población que no tenía toda la información requerida para llevar a cabo una transacción de 30 años. Un ejemplo recurrente es la prestación de servicios, el desarrollador mientras vendía las casas dotaba a los desarrollos con agua que era suministrada con pipas, y al colocar el último crédito notificaba al municipio para que este dotara de servicios a la nueva comunidad. El resultado es cerca de 200,000 casas abandonadas en el país, una cartera vencida y sobre todo la creación de desarrollos fantasmas aptos para llevar a cabo actividades criminales. Mientras tanto había empresas que presentaban EBITDA de 50%, un fenómeno nunca antes visto en este sector, lo cual atrajo el financiamiento de los bancos y dinero de los inversionistas en la bolsa. Hoy esas empresas están por entrar en concursos mercantiles.

 

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