GINEBRA. Las diferencias sobre si Irán tiene derecho a enriquecer uranio capaz de ser usado con fines bélicos fueron este viernes el principal obstáculo entre los dos representantes para negociar un acuerdo que frene el desatollo atómico iraní a cambio de aliviar las sanciones internacionales que padece Teherán.

 

El ministro iraní de Relaciones Exteriores, Mohamed Javad Zarif, y la alta representante de la Unión Europea de Asuntos Exteriores y Seguridad, Catherine Ashton, se han reunido varias veces desde el miércoles para elaborar un acuerdo aceptable tanto para Teherán como las seis potencias mundiales que asisten al diálogo en Ginebra.

 

Las negociaciones debían haber tenido lugar entre las seis potencias y Teherán, pero quedaron suspendidas salvo un breve encuentro el miércoles. En lugar de ello, Zarif y Ashton se han reunido en reiteradas ocasiones para elaborar un texto que pueda ser presentado a la otra parte.

 

Ambos volvieron a reunirse el viernes en un diálogo que según la agencia noticiosa oficial iraní IRNA es “complicado y arduo”. Según el viceministro de Relaciones Exteriores iraní Abbas Araghchi, en Ginebra, el derecho de Irán a enriquecer uranio debe ser parte del acuerdo, agregó la agencia.

 

Irán sostiene que solo enriquece uranio como combustible nuclear, usos médicos e investigación. Pero esa tecnología puede producir igualmente material para ojivas nucleares.

 

Zarif indicó la semana pasada que Irán está dispuesto a firmar un acuerdo que no exprese directamente que el país tiene derecho a enriquecer uranio, con la esperanza de que se pueda lograr un pacto en Ginebra.

 

El miércoles, empero, el líder supremo iraní, el ayatola Alí Jamenei, advirtió que su país nunca comprometería las “líneas rojas”. Desde entonces Irán ha insistido que las seis potencias deben reconocer que sus actividades son un derecho que corresponde a Irán como signatario del Tratado de No Proliferación nuclear pese a la oposición de Israel y el Congreso estadounidense.

 

“Obviamente el enriquecimiento es uno de los tópicos que discutimos”, dijo el viceministro adjunto de Relaciones Exteriores iraní Majid Takht-Ravanchi. Zarif indicó a los medios de comunicación iraníes que el progreso “ha sido considerable”, pero sugirió que siguen las diferencias sobre el enriquecimiento de uranio.

 

El alivio de las sanciones es otro escollo.

 

Estados Unidos y sus aliados indicaron que estarían dispuestos a suavizar algunas de las sanciones a cambio de un primer paso que limite el programa nuclear iraní. Empero, insisten que las sanciones más severas —a la exportación del petróleo y al sector bancario iraní— seguirán hasta que ambas parten alcancen un acuerdo exhaustivo sobre la capacidad bélica nuclear de Teherán.

 

Irán sostiene que no busca armas nucleares y que está dispuesto a reducir su programa pero quiere un alivio de las sanciones más amplio y rápido que el ofrecido.

 

Varios senadores demócratas y republicanos han criticado los parámetros del potencial acuerdo, indicando que Estados Unidos y sus socios ofrecen demasiado por algo que no es la completa congelación del enriquecimiento de uranio.

 

El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, dijo el jueves que respaldaría un proyecto de ley para ampliar las sanciones a Irán, aunque insistió que respalda el proceso negociador.

 

El senador Bob Corker, máximo representante republicano en la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, propuso un proyecto de ley describiendo cómo debería ser un acuerdo final y limitando los poderes del presidente Barack Obama de ofrecer un alivio de las sanciones.

 

Su propuesta indica además que todo acuerdo final debe obligar a Irán a cesar totalmente el enriquecimiento de uranio.