Cuatro técnicos, 10 partidos de fallido Hexagonal “concafkiano” y un repechaje en el otro lado del mundo después, México está por fin calificado a la Copa del Mundo de Brasil 2014. Nueva Zelanda fue lo más decoroso que pudo ser, o que su arquero Glen Moss permitió y aún así se llevó un 4-2 (9-3 global), en el estadio Real Bafoken, con una actuación redonda de un Oribe Peralta (anotó dos en la ida y los tres tantos de la vuelta) que en el acumulado final de la eliminatoria de Concacaf y repesca Intercontinental sumó 10 goles, que lo convierten, con mucho en el máximo anotador mexicano.

 

Una goleada que cumplió con el trámite, si se toma en cuenta el desarrollo futbolístico entre Nueva Zelanda y México. Ni para menospreciar, pero menos para volver loco a nadie, y es que, como sea, el Tri cerró un año negro, aferrado a la última instancia, de rodillas ante un Piojo Herrera que hizo de salvador y a la efectividad de un Oribe Peralta que es un goleador letal, aunque también hay que medir distancias.

 

Oribe le hizo a Nueva Zelanda cinco goles en dos partidos, cierto, uno más que el portugués Cristiano Ronaldo a la Suecia de Zlatan Ibrahimovic, pero Ronaldo los marcó en una eliminatoria mucho más exigente, sí, porque así lo dice la FIFA, pero o se distancian las terribles comparaciones o mañana se hablará de que México ahora sí va al Mundial por el “famoso quinto partido”.

 

Sería tan sencillo perder la dimensión de unos y otros, como decir que Peter Byers, delantero de Belice, quien hizo 11 tantos en la eliminatoria de Concacaf, es mucho mejor artillero que el artillero del Santos Laguna, cuando Byers juega en el Central FC de Trinidad y Tobago.

 

(Foto: @FEMEXFUTOFICIAL)

 

El partido, México lo ganó 4-2, pero bien pudo acabar con una ventaja mayor. Ya se dijo, fuero tres de Oribe en el primer lapso, y ya en el complemento Nueva Zelanda descontó con dos tantos (uno ahora sí de penalti), para que el Gullit Peña tuviera premio a su desempeño y cerrara la cuenta.

 

Ojo, El Tri goleó a nueva Zelanda y el gran mérito radica en que al fin se tomó en serio al rival. Se demostró la superioridad donde se tenía que demostrar, en la cancha. Se hizo con personalidad, con una idea clara de juego, con una selección que marcó en dos partidos más goles que en todo el Hexagonal, una eliminatoria en la que no hay que olvidar se terminó cuarto entre seis.

 

La calificación se da ahora, cierto, con dolor de estómago para muchos aficionados porque el Tri tuvo un esqueleto americanista, incluido técnico (Miguel Herrera) y presidente deportivo (Ricardo Peláez), pero que rescató el liderazgo de un tipo del tamaño de Rafael Márquez y ni qué decir de la valía de dos hombres como Luis Montes y Carlos Gullit Peña, que ahora requerirán su graduación ante rivales de verdadera jerarquía.

 

El triunfo de los verdes en Nueva Zelanda, se vio y fue fácil, porque en la cancha lo hicieron fácil. Porque al fin se mostraron variantes, porque el Gullit tiró diagonales milimétricas y Layún centros exactos. Porque hasta Moisés Muñoz estaba en estado de gracia, con todo y penalti detenido.

 

Fueron dos triunfos, sí, amplios, esperados por los que presumen la superioridad del futbol mexicano, menospreciados por los que se fijan en el tamaño del rival, pero al final de sabor a Copa del Mundo.

 

Ahora habrá que esperar que los titiriteros que manejan el futbol nacional ratifiquen el próximo dos de diciembre a Miguel Herrera en el cargo y que se piense en un proyecto largo; porque, al menos ahora, el ciclo está completo. México estará en Brasil 2014: ¿a qué irá? a lo de siempre,  a pasar a duras penas la primera ronda para morirse de angustia en los octavos, y entonces a volver a empezar el circo mediático de cada cuatro años.

 

Por otra parte, el presidente Enrique Peña Nieto,  felicitó al director técnico, Miguel Herrera, a través de su cuenta de twitter.

 

 

Durante el encuentro publicó una foto de la celebración de uno de los goles, acompañado de miembros del gabinete y el Estado Mayor Presidencial.