Luego de la presentación de la reforma hacendaria, y de sus iniciativas, como la del impuesto a las bebidas azucaradas, algunas organizaciones y la senadora panista Marcela Torres Peimbert, destacaron la importancia de incrementar el impuesto a refrescos, pero consideraron que es insuficiente para combatir la obesidad y otras enfermedades en México.

En conferencia Torres Peimbert, detalló que en el país se registran alrededor de 80 mil muertes asociadas con la diabetes como consecuencia del consumo de este tipo de bebidas.

 

“Tres de cada cuatro camas en hospitales están ocupadas por personas con sobrepeso; y de cada 10 mexicanos, siete tienen problemas de obesidad”, declaró.

Por su parte, Anabel Velasco Bernal, investigadora del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), señaló que el aumento de impuestos a las bebidas gaseosas debe acompañarse de medidas como garantizar el acceso al agua potable y alimentos saludables a toda la población.

 

“En México el consumo de refrescos es de 163 litros por persona al año; con la propuesta del Ejecutivo federal de gravar con un peso adicional cada litro se puede bajar a un rango de 146 a 141 litros al año; y gravando con dos pesos se podría reducir hasta 121 litros al año per cápita”, apuntó.