sara-atriSería maravilloso que en un pequeño frasquito se escondiera la solución o combate a todas las enfermedades. Que entre más pildoritas ingiriéramos más a salvo nos encontráramos.

Año con año aumenta la cantidad de mexicanos que decide comprar suplementos vitamínicos a fin de prevenir o curar males. Es cierto que las vitaminas son esenciales para el funcionamiento adecuado de nuestro organismo y que su deficiencia tiende a causar enfermedades (de ahí que una sensata suministración, sea recomendable en todos los casos). Sin embargo, también es verdad que una megadosis llega a provocar daños por lo que debemos crear conciencia sobre qué suplementos son adecuados para nuestro cuerpo y en qué cantidades.

Hay dos tipos de vitaminas: las hidrosolubles (C y B) y las liposolubles (A, D, E y K); estas últimas se absorben y almacenan en el hígado, llegando a generar mayor toxicidad.

Existe un parámetro llamado ingesta diaria recomendada (IDR) que cubre las necesidades del 98 % de las personas; esto significa que sólo un excepcional 2 % tiene requerimientos distintos a los que ese estándar sugiere (por ejemplo, alguna deficiencia en vitamina D3 a consecuencia de poca exposición al sol).

Cuando decidimos tomar suplementos es imprescindible no sobrepasar la recomendación. Digo lo anterior, porque muchos suplementos exceden hasta 10 veces lo sugerido. Desde hace 40 años, el suplemento más vendido es la vitamina C, cuyo exceso suele relacionarse popularmente con prevención e incluso cura de la gripe. Evidencia reciente ha mostrando que efectivamente la vitamina C puede ayudar a algunas personas a evitar una gripe, pero, temo decirles, no al común de la gente. Tampoco debemos descartar que la vitamina C es un antioxidante muy potente y muchos científicos creen que puede prevenir enfermedades como el cáncer y el Alzheimer… Y no por ello, habrá médico que nos diga que acabemos con cuantos frascos de esta vitamina encontremos para olvidarnos de por vida de los catarros.

Lo importante es no sacar las cosas de proporción y entender que una dieta balanceada con suficiente cantidad de frutas y verduras cubre la IDR para casi todos. No es necesario tomar suplementos, por ejemplo de vitamina C, que comúnmente son de mil mg cuando el IDR sólo demanda 60 mg para los adultos. Imagínese, si quisiéramos ingerir esta cantidad de vitamina C por medio de fruta tendríamos que consumir al menos 14 naranjas al día.

capsulas

Tomar multivitamínicos diariamente no afectará a nuestro organismo mientras no sobrepase el IDR. Aquellas personas que no logran adquirir todos las vitaminas y minerales en su dieta deben ingerir suplementos si lo necesitan, pero sólo después de hablar con un especialista.

Estudios recientes han sugerido que dosis elevadas de vitaminas, incrementan el riesgo de padecer enfermedades cardíacas y cáncer, tema que cobrará gran importancia conforme avancen estas investigaciones. Por otro lado, en la universidad de Minnesota detectaron más altos índices de mortalidad en mujeres que tomaban suplementos de hierro, magnesio, zinc y cobre. Al mismo tiempo, una clínica en Cleveland encontró que la suplementación de vitamina E en hombres aumenta riesgo de cáncer de próstata hasta en 17 %.

Las vitaminas no deben ser vistas como píldoras mágicas que curarán nuestros malos hábitos. Para la mayoría de las personas el tomar grandes dosis de suplementos es una pérdida de dinero, además de que pueden ocasionar un daño a la salud.

Tan sencillo que es comer balanceado y olvidarse de tanto frasquito, cuyo uso puede ser decisivo para quien realmente tiene una carencia, pero una moda para la mayoría.

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