GUANAJUATO. Danny Boyle contará la vida de los personajes de “Trainspotting” dos décadas después en la segunda parte de su película considerada actualmente de culto.

 

Boyle confirmó que ya trabaja en la continuación de su popular filme basado en el libro del escocés Irvine Welsh, la cual dijo, no será una traducción directa de “Porn”, la segunda parte de “Trainspotting”, sino que en esta historia mostrará al espectador los cambios físicos y mentales que han experimentado “Mark Renton”, “Spud”, “Sick Boy”, “Francis Begbie”, “Diane” y el propio director en dos décadas.

 

“Cuando se cumplió una década de ‘Trainspotting’, en 2006, pensé en hacer la segunda parte de la película, pero luego me di cuenta que los actores (de su filme) no habían cambiado lo suficiente como para que el espectador notara realmente que habían pasado los años. Todos seguían muy guapos y jóvenes, pero ahora, 20 años después, esos cambios ya se notan”, explicó Boyle, durante una conferencia de prensa realizada el jueves en el Festival Internacional de Cine de Guanajuato donde el británico recibiría un homenaje.

 

El ganador del Oscar en 2008 por “Slumdog Millonaire” explicó que la idea de filmar la nueva cinta de “Trainspotting” radica en que notó que los personajes de la obra de Welsh se han quedado en la memoria colectiva de por lo menos dos generaciones.

 

“Es curioso, pero estos personajes conviven en nuestra memoria como si fueran nuestros amigos, de alguna u otra forma están ligados a nuestra cultura”, señaló el director de filmes como “The Beach” (“La Playa”) y “28 Days” (“Exterminio”) en una conferencia magistral con estudiantes de cine en el Auditorio del Estado, en la ciudad de Guanajuato, en el marco de la 16a edición del festival de cine.

 

Boyle contó que la última secuencia de “Trainspotting” está inspirada en el final de la película cubana “Memorias del subdesarrollo”, del realizador Tomás Gutiérrez Alea, filme basado en la novela de Edmundo Desnoes, que el británico pudo presenciar cuando asistió al Festival de Cine de La Habana en 1994.

 

“Recuerdo que en esa visita a Cuba vi películas latinoamericanas que no sabía que existían, entre ellas la de Gutiérrez Alea, por eso en el último tiro (shot) de ‘Trainspotting’ quise rendir un homenaje a ‘Memorias del subdesarrollo’ y concluir mi película así”, señaló.