“Tarde, pero no demasiado” es el lema elegido por el Centro Simon Wiesenthal para intentar llevar ante los tribunales a los últimos criminales nazis que pueden vivir en Alemania, una campaña en la que ofrece hasta 25 mil euros de recompensa a quien facilite información valiosa.

 

Esta organización judía de defensa de los derechos humanos colgó alrededor de 2 mil carteles en las calles de Berlín, Hamburgo y Colonia para pedir durante dos semanas la colaboración de los ciudadanos alemanes.

 

“El paso del tiempo no puede borrar su responsabilidad en los crímenes que cometieron”, sostuvo en Berlín al presentar la campaña Efraim Zuroff, reconocido “caza-nazis” y director del centro Wiesenthal de Jerusalén.

 

Zuroff, que se considera a sí mismo “un tercio detective, un tercio historiador y un tercio lobista”, defendió el pago de una recompensa a quien proporcione datos útiles para encontrar a esos criminales a pesar de las críticas que esta iniciativa ha despertado en Alemania.

 

“Estamos obligados a hacer todo lo que podamos”, subrayó recordando que la policía ofrece recompensas en ocasiones y también que muchas de las personas que se ponen en contacto con ellos rehúsan recibir el dinero.

 

Segunda oportunidad 

 

La campaña del Centro Wiesenthal -denominada “Operación última oportunidad II”- fue presentada en un primer momento en 2011, pero no se ha puesto en marcha formalmente hasta hoy por la falta de fondos, que han conseguido gracias a tres empresas germanas.

 

Aunque sus expectativas no son muy elevadas dado que asumen que la mayoría de los criminales nazis han fallecido, desde que anunciaron que comenzaría la campaña ya han recibido cerca de cincuenta llamadas telefónicas ofreciendo colaboración.

 

Zuroff destacó además las posibilidades que abrió la condena en 2011 a John Demjanjuk, antiguo guardián de un campo de exterminio nazi fallecido el año pasado, a los 91 años.

 

Demjanjuk fue declarado culpable de complicidad en el asesinato de al menos 28 mil 80 judíos del cerca de medio millón que perdieron la vida en el campo de concentración de Sobibor, en territorio de la Polonia ocupada.

 

Fue la primera vez, explicó Zuroff, que se condenaba a alguien sobre la base de su trabajo en un campo de concentración, que no ostentaba un cargo de responsabilidad y al que no se lo atribuía un crimen concreto.

 

Zuroff quiso convencer hoy a quienes piensan que no tiene sentido perseguir a ancianos de más de noventa años cuando ya han pasado más de seis décadas de Holocausto.

 

“Todas las víctimas del nazismo merecen nuestro esfuerzo y es necesario lanzar un mensaje a toda la sociedad” y demostrar que no existe la impunidad para los genocidas, subrayó.

 

Tras más de treinta años a la caza de criminales nazis, tuvo también otro argumento para defender su labor: “Nunca he encontrado a ninguno de ellos que haya expresado remordimiento o arrepentimiento”.

 

Resultados 

 

Según los datos aportados hoy, la primera fase de la “Operación última oportunidad”, llevada a cabo entre 2002 y 2011, consiguió datos sobre 605 sospechosos y logró llevar ante la Justicia a 103 de ellos.

 

Esta segunda fase ha recopilado desde 2011 información sobre 53 presuntos criminales y ha permitido enjuiciar a tres de ellos.

 

La campaña sólo se pondrá en marcha en Alemania, al constatar, lamentó Zuroff, la “falta de voluntad política” de la mayoría de los países de entorno, en cuyo suelo también se levantaron campos de concentración.

 

Un ejemplo, denunció, es Austria, ante cuya embajada se colocó hoy uno de los carteles.