El incremento en el ingreso de los hogares más pobres del país entre 2010 y 2012 está asociado con el aumento en las transferencias monetarias hacia este sector de la población por parte del gobierno e instituciones privadas; no obstante lo anterior, en ese lapso tres millones de mexicanos que ya enfrentaban condiciones precarias entraron a una situación de pobreza extrema.

 

Según la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares, publicada este martes por el Inegi, si bien el 10% de los hogares con ingresos (decil I) registró un aumento de 5.5% en sus percepciones, la mayor proporción de sus percepciones provino de transferencias (37.7%), seguidas por las remuneraciones por trabajo subordinado (33.8%) y trabajo independiente (19.1%).

 

Las cifras indican que no obstante los programas de combate a la pobreza en los últimos años los sectores más pobres requieren cada vez más de la asistencia social.

 

De acuerdo con datos oficiales, la pobreza se ha incrementado paulatinamente. El censo de 2010 registró que los niveles se habían reducido, pero las cifras de 2012 muestran que el número de pobres repuntó, y es preocupante porque se incorporaron tres millones en condición extrema, advirtió Felipe Torres, especialista del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM (IIE).

 

Previo a que el Consejo Nacional de Evaluación (Coneval) dé a conocer los resultados de su Medición de Pobreza 2012, el 29 de julio, el especialista señaló que las cifras hacen evidente que los programas emprendidos para contrarrestarla no han dado los resultados deseados.

 

El especialista citó el caso del programa Oportunidades, de carácter asistencial, que mantuvo a la población de ciertas zonas del país “en estado latente de pobreza”.

 

Oportunidades fue creado en 2002 por la entonces secretaria de Desarrollo Social, Josefina Vázquez Mota, para dar continuidad a Progresa, del sexenio zedillista.

 

Al 2012 atendía a 5.8 millones de familias, sobre todo de las zonas rurales y marginadas del país. Tan sólo durante la administración de Felipe Calderón se destinaron 162 mil 891 millones de pesos a este programa, y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) le otorgó 45 mil millones de pesos adicionales.

 

No obstante, en la actualidad, más de 50% de la población padece situación de hambre y pobreza en diferentes niveles.

 

En el estudio Programas de transferencias monetarias condicionadas: ¿han ido demasiado lejos?, publicado en noviembre de 2012, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) señala que en América Latina y el Caribe los beneficiarios continúan siendo pobres o vulnerables en su mayoría y que la necesidad de asistencia social sigue siendo alta.

 

El reporte advierte que este tipo de intervenciones se extendió desde América Latina y el Caribe hasta Asia y África, e incluso algunos países industrializados las adoptaron. Hasta 2011, precisa, se habían implementado en 18 países de la región, llegando a 135 millones de beneficiarios.

 

El BID identifica dos  objetivos. El primero es reducir la pobreza actual mediante el pago de subsidios en efectivo y segundo, el desarrollo del capital humano de los niños pobres mediante pagos condicionados al cumplimiento de una serie de corresponsabilidades vinculadas con la salud y la educación. Las transferencias se entregan por lo general a las madres bajo el supuesto de que las mujeres emplean más dinero en bienes y servicios que benefician a los niños: alimentación, educación y salud.

 

El estudio incluye el análisis de 43 encuestas de hogares durante el periodo 2001-2011, cuyos resultados demostraron que los programas de transferencias monetarias representaron en ese lapso más de 20% de los ingresos de los beneficiarios pobres. Si bien el BID reconoce un efecto positivo de estos programas, advierte también sobre las falta de mecanismos de salida predefinidos.

 

DETRÁS DE LAS CIFRAS

 

La Encuesta publicada ayer por el Inegi revela que a nivel nacional, entre 2010 y 2012 el ingreso de los hogares mexicanos aumentó 1.5%; no obstante, la segmentación por deciles (10 conjuntos de igual tamaño) indica que en los primeros tres aumentaron 5.5%, 1.0% y 0.8%, “sin embargo, esta recuperación no compensa los niveles que tenían en 2008”.

 

Respecto al decil X, que agrupa a la décima parte de los hogares con mayores ingresos, estos aumentaron 4.5%.

 

Caso contrario, en los hogares  agrupados en los deciles del IV al IX, las percepciones disminuyeron entre 2010 y 2012 en poco menos de 1%.

 

El estudio del Instituto Nacional de Estadística  y Geografía (Inegi) advierte que si bien las remuneraciones al trabajo subordinado continuaron representando la parte más importante de  los ingresos de los hogares mexicanos, en 2012 redujeron su participación de 66.3% a 62.5%; mientras que los ingresos por transferencias monetarias aumentaron de 14.4% a 16%, lo mismo que las percepciones por trabajo independiente al pasar de 11.3% a 12.7%.

 

Respecto al gasto, la Encuesta muestra que existen grandes diferencias por deciles de hogares, ya que mientras el 10% de los hogares con menores percepciones destina 46.4% a la compra de alimentos, bebidas y tabaco, el 10% de los más ricos asigna a este rubro 14.4% de sus ingresos.

 

La relación pobreza-hambre ha sido reconocida desde hace más de cuatro décadas por las diversas administraciones gubernamentales, señala el economista Felipe Torres, al advertir que hoy, más de 50% de la población se encuentra en ese estado en diferentes niveles; es decir, más de la mitad padece de falta de alimentos.

 

“México atraviesa por un estado latente de subconsumo, es decir, un segmento de la población consume por debajo de los niveles nutricionales mínimos requeridos, lo que causa un problema latente de hambre”, añadió.

 

“Otra experiencia fue el programa Oportunidades, de carácter asistencial, que mantuvo a la población de ciertas zonas en estado latente de pobreza”

FELIPE TORRES

Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM

INGRESOS

 

Para 10% de los hogares más pobres las transferencias monetarias representaron 37.7% de sus ingresos

30% de los hogares (deciles VIII, IX y X) concentraron 62.7% de los ingresos totales

 

GASTOS

 

DECILES

I                       V                     X

Alimentos, bebidas y tabaco         46.4%            35.2%            14.4%

Educación y esparcimiento           5.2%               10.4%            19.9%

Transporte y comunicaciones      9.8%               16.7%            19.7%

Vivienda y combustibles                10.2%            9.5%               7.9%

Cuidados de la salud                          1.9%               2.3%               2.9%

 

FUENTE: Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares (2012).