Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, hirió a los mercados financieros cuando el 19 de junio de 2013 dijo que la economía estadounidense mostraba signos de estabilidad.

         La bala atravesó gravemente a México. Fue un discurso de 28 cuartillas, que incluye preguntas y respuestas de reporteros, pero que no alcanzó para aclarar si era la señal de retiro del estímulo económico mensual de 85 mil millones de dólares a la economía estadunidense, ni deja señales contundentes de cuándo podría ocurrir.

 

“Por las palabras del presidente de la Fed, en unos días se borraron las ganancias que hasta ese momento del año se habían generado en buena parte de los mercados emergentes”, recuerda Joel Virgen, subdirector de Estudios Económicos de Grupo Financiero Banamex.

 

El rally de alzas reportado entre enero y mayo desapareció, lo cual provocó que hasta hace una semana las bolsas, las divisas y el oro, principalmente, retrocedieran al mismo nivel de finales del año 2012, explica el analista a 24 HORAS.

 

Después del discurso ofrecido por el economista estadounidense en Brasil, México, Turquía, Sudáfrica, Tailandia, Polonia y otras naciones se apreció y se fortaleció el dólar, recuerda el analista económico.

 

“También, se elevaron las tasas de interés de mediano plazo en todo el mundo, cayeron las Bolsas y se incrementaron las primas de riesgo país”, dice Virgen.

 

La bala que soltó Ben Bernanke sorprendió a propios y a extraños. La historia reciente de Estados Unidos indica que hasta ese día, vivía a la sombra de Alan Greenspan.

 

“Lo que decía Alan Greenspan era palabra de Dios”, recuerda un analista.

 

POR FIN LE HACEN CASO

 

Bernanke se distinguía por ser gris, lo que se traducía en los mercados como cautela.

 

Raro que hiciera temblar los mercados financieros y a sus responsables. Prefería trabajar en las sombras, tal como lo describe el columnista de The Washington Post, Neil Irwin, en su libro The Alchemists: Three Central Bankers and a World on Fire (Los alquimistas: tres presidentes de bancos centrales y un mundo en llamas).

 

“Greenspan seguirá teniendo gran influencia hasta que Bernanke se gane el respaldo del mercado. Y esto no se hace en un año”, dijo en 2007 Joel Naroff, de Naroff Advisers, al diario español Expansión.

 

“Seguirán escuchándole, mientras su historial siga siendo igual de bueno. Es decir, mientras no se equivoque en sus pronósticos o análisis de la economía, como su vaticinio de que una recesión en Estados Unidos entra dentro de lo posible”, comentó Naroff.

 

“Cuando habla Ben Bernanke los mercados ya lo escuchan para un lado y para el otro”, dice Joel Virgen.

 

Eso fue lo que sucedió el pasado 19 de junio, dijo que la economía de Estados Unidos presentaba una mejoría, lo que se leyó como un cambio en la política monetaria de la potencia.

 

Y así comenzaron los problemas. La incertidumbre. El nerviosismo y la expectativa de que él ya pronto se va y el que sigue tendrá que arreglar el problema que están experimentando principalmente los países emergentes.

 

“El mercado interpretó mal las palabras de Ben Bernanke del discurso del 19 de junio, por eso dio una sobrerreacción y mucha confusión en el mercado”, recuerda Joel Virgen.

 

El 20 de junio los mercados comenzaron a pintarse de rojo desde Asia, Europa y América comenzaron a intercambiar títulos y fortunas.

 

Ese día la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) perdió 3.91%, fue su peor caída desde septiembre de 2011.

 

NEGACIÓN Y PREOCUPACIÓN

 

Más notorio fue el golpe que recibió el peso mexicano. Mientras que las autoridades y analistas repetían una y otra vez que la estabilidad evitaba que hubiera gran cantidad de capitales golondrinos, los dólares comenzaron a volar más allá de estas fronteras.

 

El peso perdió con la bala de Bernanke 40 centavos frente al dólar en la siguiente sesión, al cerrar en 13.41 pesos por billete verde el 20 de junio. Ese nivel no se había visto en 12 meses.

 

Luis Téllez, el presidente y director general de la BMV, dijo ese día que los mercados financieros no son racionales, como le gustaría a los inversionistas que fuera. En ocasiones predominan los espíritus animales, destacó.

 

Ese día fue muy complicado para el peso y la Bolsa Mexicana, debido a comentarios realizados en el exterior.

 

Los especuladores retiraron sus apuestas a favor del peso en los futuros del Chicago Mercantile Exchange (CME), lo que provocó su depreciación, según Grupo Financiero Santander.

 

“La fuerte disminución en la posición especulativa del peso en la Bolsa de Chicago puede explicar en una buena parte la depreciación del tipo de cambio”, señala la institución bancaria en un reporte.

 

Luis Videgaray, el titular de la Secretaría de Hacienda de México, dijo que ese era un asunto de sobre reacción de los mercados. Desde entonces están muy atentos a lo que pasa y dicen los administradores del capital privado.

 

El Dow Jones tuvo ese jueves su peor jornada del año, al caer 2.33%. El Nasdaq, que engloba principalmente empresas de tecnología, perdió 2.28%. El Standard and Poor´s retrocedió 2.50%. En general fue un día malo.

 

Desde entonces, la suerte de México ha cambiado.

 

El valor de mercado de la BMV perdió 679 mil 561 millones de pesos de enero a junio de 2013, debido a los malos reportes trimestrales, un menor crecimiento económico de México y a la volatilidad financiera por la economía de China y Estados Unidos.

 

Según el Banco de México (Banxico), las reservas internacionales disminuyeron mil 557 millones de dólares hasta la semana pasada.

 

Del 14 al 21 de junio se registró uno de los períodos de mayor volatilidad financiera en los mercados desde 2008, agregó Banxico.

 

El 21 de junio el saldo de las reservas internacionales era de 166 mil 377 millones de dólares, cuando en 14 de junio de este año se tenían acumulados 167 mil 934 millones de dólares, reveló el banco central.

 

LISTO PARA DISPARAR

 

La explicación que han dado los analistas desde que Ben Bernanke habló es simple: los inversionistas buscan mercados que ofrezcan mayor rendimiento, a pesar de los riesgos, asumen algunos costos por hacer crecer su dinero.

 

Por eso voltearon a ver a los países en vías de desarrollo, como México.

 

Ahora que las señales sugieren que el rendimiento volverá a repuntar en países desarrollados, como Estados Unidos, la salida de capitales se acelera hacia ellos.

 

Eso explica momentáneamente la salida de capitales de Brasil, México, Perú y otras naciones que vivían una especie de sueño de primer mundo hasta que Bernanke habló.

 

Nadie sabe con certeza qué ocurrirá.

 

Art Hogan, director gerente de Lazard Capital Markets, dijo a The Wall Street Journal que el debilitamiento de ayer del mercado bursátil es un resultado de la pausa de los inversionistas tras una larga serie de ganancias, previo al testimonio de Bernanke (ver nota “Amarga frío y lluvia a Coca-Cola”, página 21, 24 HORAS).

 

Hasta el lunes, recuerda el diario estadunidense, el S&P 500 había subido ocho sesiones consecutivas, su racha alcista más larga desde enero, mientras que el índice Russell 2000 de empresas de baja capitalización registró siete máximos récord consecutivos, la serie de ganancias más prolongada desde octubre de 1997. En tanto, el Nasdaq 100 se elevó 14 sesiones consecutivas, lo que no se había visto desde mayo de 1990.

 

En el frente económico de Estados Unidos, agrega el Journal, el índice de precios al consumidor para junio creció 0.5%, levemente superior a las expectativas de un alza de 0.4%. Si se excluyen alimentos y energía, insiste, el llamado IPC básico aumentó 0.2% en línea con las expectativas. Además, la producción industrial para junio se elevó 0.3%, frente a un alza previsto de 0.2%.

 

Por su parte, los inversionistas estarán atentos al testimonio de Bernanke el miércoles y el jueves. Hogan dijo a The Wall Street Journal que espera que el funcionario reitere que la Fed probablemente comenzará a reducir su estímulo este año y mantendrá su política monetaria acomodaticia.

 

“Dudo que recibamos algo distinto de ese mensaje”, dijo Hogan. “Creo que hemos superado la vacilación por el retiro del estímulo”.

 

Merrill Lynch estima que el cambio en la política económica será probablemente “muy lento y solamente si ven una evidencia clara de crecimiento sostenido y sólido”.

 

El codirector de economía global de Bank of America Merril Lynch Global Research, Ethan Harris, considera que el crecimiento del empleo tendrá que mejorar y sobrepasar los niveles actuales con la creación mensual de 170 mil empleos para que la Fed reduzca la compra de bonos a largo plazo del gobierno y bonos relacionados a las hipotecas.

 

“Con la austeridad fiscal que golpea la economía, incluyendo el incremento de los impuestos y la reducción de los gastos públicos, la Fed no puede anunciar un cambio en el ritmo de sus compras antes del final de este año. Eso significa que el reciente aumento de los rendimientos de los bonos no podría sostenerse”, explica Merril.

 

El documento “Preparación para el aumento de la tasa de interés” que elaboró Merrill Lynch señala también que sus analistas coinciden en que la próxima alza de la tasa de interés debe ser gradual, por lo que aconsejan a sus clientes evaluar las posibilidades y trabajar con sus asesores para identificar las mejores estrategias.

 

El testimonio de Bernanke ante el Congreso se repartirá hoy antes de que los mercados abran.

 

“Los inversionistas esperan el testimonio de Ben Bernanke, ya que la semana pasada hizo énfasis en que las tasas de interés en su país se mantendrán bajas para continuar respaldando a la actividad económica”, comenta Gabriela Siller, directora de Análisis Económico-Financiero Banco Base.

 

La economista reiteró que no se abordó el tema de la fecha en que podría iniciar la reducción en las compras mensuales de activos.

 

“Los inversionistas buscarán obtener mayores señales del cambio en dicho estímulo, por lo que no se descarta volatilidad en el mercado cambiario”, adelanta Siller.