El Pacto por México, sin haber aparecido en las boletas electorales de este domingo, resultó una víctima potencial de sus resultados. Gustavo Madero, dirigente nacional del PAN, dijo que sí se verá afectado tras las elecciones celebradas ayer. “¿Cómo les voy a pedir a el apoyo a mis compañeros como si nada hubiera pasado?”, se preguntó a manera de respuesta.

 

En las palabra de Madero se leía el conflicto que desató cuando destituyó como coordinador de la fracción panista en el Senado a Ernesto Cordero, cuya crítica contra el dirigente era la manera fácil con la que estaba respaldando al presidente Enrique Peña Nieto en todas las reformas, mientras hacía a un lado la agenda legislativa del PAN.

 

Madero, quien habló con los medios de información una vez cerradas la votación de Baja California y declarar vencedor a su candidato Francisco Vega, aprovechó la ocasión para abordar sus dos frentes: la fracción del PAN en el Senado de la República y el gobierno federal.

 

Ambos pasan por el acuerdo pluripartidista y de gobierno para impulsar reformas largamente pospuestas y fundamentales para modernizar el entramado jurídico del país y detonar el desarrollo económico.

 

Desde diciembre pasado enfrenta resistencias en el grupo parlamentario liderado por Ernesto Cordero, quien cuestiona el diálogo con la administración de Enrique Peña y la participación de Acción Nacional en el Pacto por México.

 

Desde esa perspectiva, los panistas de la Cámara Alta y leales al ex presidente Felipe Calderón han tratado de minar a su presidente y esperaban los resultados dominicales para preparar un golpe definitivo en su contra.

 

Ayer Madero reaccionó con críticas al gobierno y el Partido Revolucionario Institucional (PRI) porque, dijo, volvieron a las viejas prácticas violencia, fraudes y manejo de programas sociales a fin de ganar las elecciones.

 

Por eso, dijo, habrá consecuencias y no podrá pedir a sus legisladores que apoyen iniciativas surgidas del Pacto si no se respetan las reglas.

 

-Se volvió muy extremista –comentaron fuentes de la Presidencia de la República en referencia a la radicalización del discurso de quien, paradoja de la política, es precisamente el presidente del Consejo Rector del Pacto por México.

 

Madero, quien celebró lo que llamó la victoria de Vega en la gubernatura de Baja California, junto con otro actor central del Pacto, el líder del PRD, Jesús Zambrano, dijo que no había hablado con el dirigente nacional del PRI, César Camacho, pero que lo haría una vez que reconociera la derrota en ese estado, a fin de reactivar la agenda política.

 

Desde temprano, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, afirmó que los acuerdos del Pacto no serían afectados por los resultados electorales, cuyo destino, junto con el de Madero al frente del PAN, ha estado en la discusión pública desde hace poco más de un mes.

 

Madero fue muy duro ayer en sus críticas contra el PRI, al que acusó de haber recurrido a prácticas electorales que pensaban hace tiempo desterradas. Las denuncias se hicieron en tiempo, declaró Madero,  y los estados donde desde su perspectiva hubo mayores conflictos antes y durante las campañas fueron Veracruz, Quintana Roo y Zacatecas.

 

Ha sido el regreso a actitudes largamente criticadas, algunas de ellas muy burdas. Las comparó con el “ratón loco”, como se denominó un operativo de los ochentas, cuando él no pudo sufragar.

 

Madero votó temprano en su natal Chihuahua y luego, al igual que su adversario priista César Camacho Quiroz, se trasladó a Baja California para coordinar el operativo de sus candidatos.

 

Media hora después de cerradas las casillas, declaró vencedor con cinco puntos de margen a su abanderado a la gubernatura, Francisco Vega, y ventajas sólidas en la capital Mexicali y Rosarito.

 

No reivindicó los municipios Tijuana y Ensenada, donde los candidatos tricolores llevaban márgenes considerables sobre sus contrincantes azules.

 

Esas victorias y otras por confirmar –pregonó Zacatecas, Durango, Saltillo y Oaxaca, entre otras capitales- no redujeron la animosidad de Madero, pero prometió reagrupar al panismo para actuar en un solo frente.

 

El dirigente panista ve en esa unidad a calderonistas, corderistas y su propio Comité Ejecutivo para instrumentar “las consecuencias” en el Pacto por México, que de acuerdo con lo sugerido también ayer por Zambrano, podrían ser secundados por el PRD.