sara atriDesde pequeños admiramos a nuestros padres e intentamos copiar sus comportamientos con el objetivo de llegar a ser como los vemos: grandes y fuertes. Si queremos predicar con el ejemplo, estamos obligados a tomar medidas para convertirnos en ese espejo que inspire a nuestros hijos a alimentarse sanamente.

Es vital que asimilemos el impacto positivo de la nutrición sobre nuestra salud. Cuando nos convertimos en adultos, nuestras necesidades nutricionales cambian al haber terminado la fase de crecimiento. En esta etapa, la función principal de la alimentación es reponer las pérdidas nutricionales de nuestro cuerpo para así reparar y renovar nuestros tejidos (o sea, nuestra necesidad de kilocalorías disminuye y el metabolismo se torna lento). Al crecer, además, incrementan las probabilidades de contraer enfermedades crónico-degenerativas relacionadas con comida, como padecimientos cardiovasculares, obesidad y diabetes. Por eso, conforme pasan los años, es tan importante llevar una dieta adecuada para prevenirlas y prolongar nuestras vidas, inspirando de paso a los pequeños.

¿Cómo ser aquel papá grande y fuerte con el que todo niño sueña? Empezando por estar en un peso adecuado y por contribuir con la comida a alejarnos de enfermedades evitables.

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A continuación seis sugerencias que lo encaminarán hacia una nutrición saludable.

Dieta correcta

Debe ser apegada a las necesidades de cada individuo (cultura, gustos, presupuesto). Resulta importante que sea suficiente para que cubra con todos los requerimientos nutrimentales y energéticos de nuestro organismo. Debe contener una variedad de proteínas, hidratos de carbono y grasas ya que nuestro cuerpo requiere reabastecerse de distintos nutrimentos diariamente.

Mantener un peso saludable

El exceso de peso deriva en enfermedades cardiovasculares, diabetes y cáncer, entre otros padecimientos. Queremos preservar la salud para estar presentes siempre que nuestros hijos nos necesiten.

Actividad física

Nunca es tarde para comenzar con el ejercicio. Es un hábito que mejora nuestra calidad de vida al disminuir el riesgo de los males arriba mencionados (eleva el colesterol bueno, HDL, y disminuye los triglicéridos). Es idóneo que se ejercite al lado de sus hijos, además de que el deporte tiene soluciones a muchos problemas de convivencia.

Elegir alimentos saludables

Modere el consumo de alimentos altos en grasas, azúcar y sodio en el consumo de productos industrializados, así como en su cocina; esto bajará el rango de riesgo de ciertas enfermedades.

Consumir fibra

Ayuda a disminuir el colesterol malo (LDL) y limpia nuestro sistema digestivo. Se encuentra en cereales enteros: pan integral, arroz integral, tortillas o salvado. Sustituyamos cereales refinados (pan blanco, bolillo, arroz) por cereales enteros.

Tomar agua

Intente beber de 6 a 8 vasos al día. Al mantenerse hidratado logrará un funcionamiento adecuado en su organismo.

Nunca es tarde para mejorar nuestros hábitos de alimentación. Si verse bien no es suficiente motivación, véase en el espejo más conmovedor, que son sus hijos. Ellos piensan a los cuatro años que su papá está grande y fuerte; no los haga cambiar de opinión cuando vayan a mitad de primaria.

Añade vida a tu nutrición