Entre acusaciones de fraude por la venta de exámenes, rechazo y quema de documentos finalmente concluyó la semana de evaluación en la que se aplicó la prueba Enlace a millones de niños en todo el país.

 

En Yucatán, la Secretaría de Educación Estatal investiga las versiones que apuntan a maestros quienes habrían obligado a sus alumnos a memorizar las respuestas del examen, o de otros que habrían proporcionado “acordeones” para que los usaran el día de la prueba.

 

En Quintana Roo y Puebla también se registraron señalamientos sobre la venta de exámenes hasta en tres mil pesos en días previos a la aplicación, incluso en internet y por correo electrónico, para que los estudiantes los resolvieran antes de la fecha de aplicación.

 

En Linares, Nuevo León, un estudiante de tercer año de la primaria Ignacio Morones Prieto, fue castigado por la maestra y los directores de su escuela por cuestionar a la docente cuando les decía las respuestas del examen. “¿Es legal eso, profesora?” preguntó el menor.  Ante la represalia, los padres de familia interpusieron una denuncia ante la Secretaría de Educación del estado.

 

Esta semana 24 HORAS confirmó que las copias de la prueba, comercializadas entre los docentes dos semanas antes de su aplicación, son idénticas a los cuadernillos que contienen los más de 130 reactivos.

 

Tanto en primaria como en secundaria se traficó con los cuestionarios de la evaluación, cuyas reproducciones se vendieron entre 300 y dos mil pesos en el centro del país. El orden de las preguntas, las páginas y las opciones de las respuestas son las mismas en ambos documentos.

 

El domingo pasado, Francisco Bravo, dirigente de la sección 9 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en el Distrito Federal, denunció la venta de la evaluación, aunque la mayoría de los docentes aplicaron el examen.

 

Ayer, integrantes de la Coordinadora acudieron a la Secretaría de Gobernación (Segob) para presentar una queja por lo ocurrido en la semana, incluida la quema de las pruebas Enlace en algunas escuelas de Michoacán.

 

Hasta el cierre de esta edición, el encuentro entre la comisión de la CNTE que acudió a la Segob para presentar la denuncia, y encabezada por el dirigente de la Sección 18 de Michoacán, Juan José Ortega, no había concluido.

 

MUCHOS EXÁMENES

 

Consultados también por este diario, los menores refirieron que además de que la prueba les quita tiempo para otras actividades, debieron dedicarles horas de estudios durante las dos semanas previas.

 

“Nos quitaron actividades que nos gustan como inglés, el laboratorio de matemáticas y educación física. A veces se hace muy largo también y nos aburrimos”, dijo Astrid, estudiante de cuarto grado de la escuela primaria Eduardo Novoa.

 

Para Fernanda de sexto año, la prueba no es difícil porque vienen muchas cosas de las que vieron a lo largo del año. “Pero ahora sí me dio flojera porque el viernes pasado hicimos el examen para la secundaria y ahora se hicieron muy seguidos”.