LOS ANGELES. El telescopio espacial Kepler de la NASA está averiado, lo que pondría en peligro la búsqueda de otros mundos en los que pudiese haber vida fuera de nuestro sistema solar.

 

Si los ingenieros no pueden repararla, la falla pudiera significar el fin de una misión de búsqueda de 600 millones de dólares, aunque la agencia espacial no estaba lista para tirar la toalla el miércoles. El Kepler ha descubierto numerosos planetas, pero solamente dos hasta ahora resultan buenos candidatos para ser habitables.

 

“Yo no me apresuraría a decir que el Kepler se acabó”, dijo el jefe de ciencias de la NASA John Grunsfeld.

 

La NASA dijo que el telescopio ha perdido la segunda de cuatro ruedas que controlan su orientación en el espacio. Con solamente dos ruedas en operación, no puede apuntar con la misma precisión a las estrellas.

 

En órbita alrededor del sol, a 25 millones de kilómetros (40 millones de millas) de la Tierra, Kepler está demasiado lejos para enviar astronautas a repararlos, como Grunsfeld y otros arreglaron un espejo en el Telescopio Hubble. En las próximas semanas, ingenieros en la Tierra van a tratar de reiniciar la rueda rota del Kepler o encontrar otra solución. El telescopio pudiera ser usado para otros propósitos, incluso si no puede rastrear planetas lejanos.

 

El Kepler fue lanzado en el 2009 para la búsqueda de planetas similares a la Tierra. Hasta ahora, ha confirmado 132 planetas y detectado más de dos mil 700 potenciales. Su misión debió haber acabado ya, pero el año pasado, la NASA acordó mantener el Kepler funcionando hasta el 2016 a un costo de unos 20 millones de dólares al año.

 

Apenas el mes pasado, científicos del proyecto anunciaron el descubrimiento de un distante dúo de planetas que parece ideal para el florecimiento de algún tipo de vida. Los otros planetas hallados por el Kepler no se ajustan al criterio que les haría apropiados para la vida — desde microbios hasta el hombre.

 

Aunque los telescopios en tierra pueden detectar planetas fuera de nuestro sistema solar, Kepler es más avanzado y es la primera misión espacial dedicada a ese objetivo.

 

En los últimos cuatro años, el Kepler se ha enfocado en una sección lejana de la Vía Láctea que tiene más de 150 mil estrellas, registrando variaciones ligeras en la brillantez — un indicio del paso de un planeta por delante de la estrella.

 

Ahora “no podemos apuntar adonde queremos apuntar. No podemos obtener datos”, dijo el subjefe del proyecto, Charles Sobeck, en declaraciones a The Associated Press.

 

Científicos dicen que hay una acumulación de datos que aún tienen que analizar incluso si el Kepler no puede buscar más planetas.

 

“Pienso que los descubrimientos más emocionantes e interesantes se producirán en los próximos dos años. La misión no ha acabado”, dijo el principal científico del proyecto, William Borucki.

 

Kepler es controlado por el Centro de Investigaciones Ames de la NASA en el norte de California.

 

En el 2017, la NASA planea lanzar TESS — Satélite de Estudio de Exoplanetas en Tránsito — diseñado para buscar planetas alrededor de estrellas cercanas.