La reciente visita del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, a México y el designio de Roberto Azevêdo de Brasil  como director general de la Organización Mundial de Comercio (OMC) ponen al descubierto la competencia entro los dos grandes países de América Latina.

 

De acuerdo a un análisis del periódico español, EL PAÍS, el duelo entre dos liderazgos y dos proyectos nacionales, neutralizan la influencia del continente en el tablero mundial.

 

“México y Brasil compiten recurrentemente cuando se debate otorgar a América Latina un asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU y ni ellos ni Argentina, los tres países miembros del G-20, se coordinan ante cada cita de este gobierno económico mundial”.

 

De acuerdo al rotativo, México está muy cerca de EU y muy lejos de los antiguos no alineados. En los últimos años, agrega, Brasil sumó a su pujanza económica una agresiva acción exterior justo cuando México se borraba del escenario internacional a partir del primer gobierno panista encabezado por Vicente Fox y posteriormente con Felipe Calderón.

 

En el caso de la elección de Acevêdo, quien tomará posesión del cargo al frente de la OMC en septiembre, este se vio favorecido por el voto de los países sudafricanos y también de aquellas naciones que recelan de la ortodoxia del libre comercio, frente a un Herminio Blanco que contó con el apoyo de la Unión Europea y EU.

 

El triunfo del brasileño, por lo tanto, no puede considerarse como un “logro” del continente. A México se le ve muy concentrado en América del Norte y esto levanta suspicacias en otros países.

 

Los analistas advierten que su rivalidad tanto comercial como en imagen exterior anula su influencia en la escena internacional.

 

Con información de El País