A pesar de hablar de manera recurrente sobre su amor al país que la vio nacer, México, la cantante Thalía utilizó su pasaporte estadunidense, y no el mexicano como debería,  para entrar a tierra azteca la semana pasada. ¿En dónde quedó la mexicanidad de Thalía que tanto pregonaba? en el marketing.

 

En enero de 2006, las autoridades de Estados Unidos accedieron a la solicitud de Thalía y le otorgaron la nacionalidad de ese país. En ese entonces la cantante declaró: “Soy de nacionalidad mexicana, y siempre seré una orgullosa mexicana de alma y corazón”.

 

Como México permite la doble nacionalidad, la esposa de Tommy Mottola no dejaba de ser mexicana pero su residencia y matrimonio en ese país le permitieron obtener ese beneficio.

 

Sin embargo, el mexicano con doble nacionalidad que reside en otro país tiene como obligación ostentarse como mexicano cuando está en territorio nacional y debe ingresar y salir de México con su pasaporte mexicano como lo estipula la Ley de Nacionalidad en su artículo 12.

 

Uno de los beneficios que ha tenido Thalía con sus fans es el moral. Aparece representando a la comunidad latina y específicamente mexicana en actos públicos. Esto sin duda ha ayudado para que siga estando vigente pues ni sus producciones ni mucho menos las giras –que vale decir desde el inicio de su carrera evita- son suficientes.

 

Pero Thalía con sus acciones no es congruente. En el discurso que da y que le genera bonos presume su mexicanidad, en su vida real no se siente mexicana. Esto no es de discursos es de hechos, y ella lo dejó en claro al entrar a este país que se llama México con su pasaporte de Estados Unidos.