Frente a protestas y amagos de maestros opositores a la reforma educativa, el presidente Enrique Peña Nieto advirtió que la ley no se negocia, pues no se puede ser rehén de pretensiones particulares o de quienes se opongan al desarrollo.

 

No obstante, en conferencia de prensa, aclaró que su gobierno agotará la vía del diálogo y advirtió que el uso de la fuerza pública es el último recurso para hacer respetar los derechos de toda la ciudadanía.

 

Al cuestionarlo si estuvo informado en torno a las manifestaciones ocurridas este viernes en la Autopista del Sol, respondió que en ningún momento dejó de monitorear el conflicto y de estar atento a las medidas que tomó el gobierno para restablecer el orden y hacer respetar el derecho de los terceros.

 

“Mi gobierno agotará todas las vías de diálogo, de negociación y de acercamiento, pero insisto. lo que no se negocia, no se pacta y no se acuerda; es la aplicación de la ley”, sentenció el mandatario.

 

Peña Nieto reconoció que el uso de la fuerza pública es el último recurso que tiene el Estado como atribución de hacer valer, y sobre todo hacer respetar los derechos de la ciudadanía.

 

“No podemos ser rehenes de pretensiones particulares o de quienes se opongan al desarrollo”, acentuó.

 

Luego de su encuentro bilateral con su homólogo de la República Popular de China, Xi Jinping, reiteró que su gobierno siempre privilegiará espacios de diálogo, de acercamiento y de escuchar cualquier posición.

 

“Pero sin duda, lo que sí es inadmisible y es una posición clara del gobierno, es que la ley no se negocia. La aplicación de la ley no está sujeta a negociación alguna”, insistió.

 

El Ejecutivo federal destacó que México necesita dar pasos acelerados para su transformación y no sólo en el ámbito educativo deben entenderse las resistencias, pero también debe haber una conciencia colectiva y asumir todos un compromiso para el cambio positivo en el país.

 

Ello porque de lo contrario “estaremos sólo en la pasividad y en la inercia que por si sola no va a llevarnos a mejores condiciones; necesitamos impulsar el desarrollo del cambio”.

 

El Ejecutivo federal dijo que su gobierno privilegiará el diálogo para atender y escuchar posiciones divergentes, pero también que “lo que ha sido aprobado por el Constituyente Permanente, que es una reforma para impulsar la calidad de la educación, no tiene marcha atrás”.

 

Peña Nieto expuso que hay en algunos espacios resistencias, en donde el gobierno está dispuesto al diálogo para explicar los alcances de la reforma por la existencia de dudas y desinformación.

 

Sin embargo, insistió que “la ley no se negocia, la aplicación de un acuerdo y de una norma aprobada por el Constituyente Permanente tampoco se negocia”.

 

Rechazó que se pretenda hacer valer el derecho en contra del derecho, por lo que su administración estará en la ruta del diálogo y el acuerdo, pero también en hacer valer la ley.