En paralelo al discurso hay acciones para recuperar la reforma educativa.

 

Recuperarla porque en algunas entidades parece zozobrar, sin importar el lenguaje de tintes democráticos usado por los actores.

 

Ángel Aguirre envió su propia iniciativa estatal al Congreso de Guerrero y Gabino Cué fue demasiado lejos con la idea de tropicalizar -así la denominó el martes- sus cesiones a la Sección 22 de Oaxaca, la más abusiva y consentida del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) desde hace casi tres décadas, cuando Heladio Ramírez convirtió a sus dirigentes en rectores, en juez y parte de la enseñanza elemental.

 

Se llegó al extremo de entregarles el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), más numerosos cargos administrativos y toneladas de dinero, beneficios a los cuales se aferran con virulencia en cuanto un gobernador -el caso más reciente es el de Ulises Ruiz en 2006, con costo de incendiar la capital- trata de reducirles las prebendas o se les pretende capacitar y evaluar para dignificar la escolaridad donde peores niveles tiene.

 

No debe ser fácil enfrentar esas presiones.

 

En su momento Ruiz se quejó del abandono de la federación y, cuando la situación era insostenible en Oaxaca, se reunió con el último secretario de Gobernación foxista, Carlos Abascal, y de plano le dijo:

 

-Todos sabemos cuál es el origen. Resuélvanlo.

 

Como Abascal se negara a enviar la fuerza pública, Ruiz amagó en agosto de 2006:

 

-Está bien.  Si no me dan apoyo, mañana reconozco el triunfo de Andrés Manuel López Obrador y le ofrezco Palacio de Gobierno para que despache.

 

Sólo así entró la Policía Federal a Oaxaca.

 

EL OBJETIVO DE AISLAR A OPOSITORES

 

Ahora está peor.

 

A los maestros oaxaqueños se han sumado los guerrerenses.

 

Ayer mostraron una vez más su cara violenta y hoy estarán en el Distrito Federal, respaldados por compañeros capitalinos y otras organizaciones.

 

Estas acciones han sido vistas con preocupación por el Gobierno Federal y el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, amplió su operación política.

 

Además de hablar con Aguirre y Cué, se puso en contacto con dirigentes de los partidos firmantes del Pacto por México y con representantes de los legisladores estatales, en especial los guerrerenses porque una decisión adversa a la reforma educativa se convertiría en un peligroso precedente.

 

El priista César Camacho, el panista Gustavo Madero y el perredista Jesús Zambrano se mostraron dispuestos a cooperar y tal vez hicieron su parte, porque las pretensiones del magisterio más radical no se consumaron en Guerrero y difícilmente pasarán en Oaxaca.

 

Osorio Chong teje acuerdos con gobiernos, partidos y los legisladores para aglutinar apoyos, mientras el presidente Enrique Peña promete no aceptar presiones ni dar marcha atrás en la reforma educativa.

 

Se juega el prestigio y, tal vez, la suerte de su gobierno.

 

Veremos cómo actúa.

 

MANCERA SE DISTANCIA DE CRÍTICOS

 

1.- Miguel Mancera se distancia cada día más de los radicales de izquierda.

 

Sin atender sus críticas, fortalece los nexos con la administración federal priista y ayer acordó con Francisco Rojas mejorar la coordinación para mejorar la atención de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en la Ciudad de México.

 

Persisten serios problemas en la capital, unos heredados de la desaparecida Luz y Fuerza del Centro (LFC) y otros por insuficiencia económica para modernizar las redes y hacer cobros eficientes.

 

Mancera y Rojas lo reconocieron y convinieron avanzar juntos… aunque no guste a Andrés López y a Marcelo Ebrard,

 

Y 2.- el conflicto entre las dos Coreas reapareció ayer en México.

 

El presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores Asia Pacífico del Senado, Teófilo Torres Corzo, no llegó al extremo de proponerse como negociador -como Vicente Fox-, pero pidió a México exhortar al diálogo para desactivar esa tensión bilateral.