Todos piensan en ir a China, sin embargo, México tiene las mismas condiciones para trabajar:

 

“Y está más cerca. México es parte del futuro, es en donde están las cosas y tiene las mismas condiciones para trabajar; nosotros aprovechamos esto”, dijo Chris Anderson, ex colaborador de The Economist y ex editor en jefe de la revista Wired.

 

Hace tres meses Chris Anderson decidió dejar 11 años de edición en la revista Wired, una de las principales fuentes de referencia en el sector de la tecnología, ciencia y gadgets a nivel internacional, con el fin de dedicarse de tiempo completo a la compañía de robótica que él fundó: 3D Robotics.

 

3D Robotics, cuya planta manufacturera está en Tijuana, Baja California, ya compite con gigantes de la aeronáutica como Bombardier y Boeing y entre sus principales clientes está el gobierno de Estados Unidos y la NASA.

 

“México es una alternativa viable a China. En México es más fácil y nos permitieron establecer nuestra manufactura aquí”, dijo Anderson durante su visita a la Ciudad de México para participar en la Aldea Digital organizada por Telcel, de América Móvil.

 

Entre las facilidades que este emprendedor encontró en Tijuana se encuentra la abundancia de mano de obra calificada, los salarios bajos y la cercanía con Estados Unidos, que reduce tiempos de producción y gastos de transporte.

 

“La razón más fuerte por la que no estamos en China es el tiempo que tarda y el riesgo político. También es un hecho que los salarios en China están subiendo muy rápidamente. El salario se está incrementando en China y en México es más barato pagar. Yo he vivido en China y me encanta, pero no me gusta que mis productos tarden más de tres meses en llegar”, explicó Chris Anderson a 24 HORAS.

 

Hace tres años Chris Anderson conoció a Jordi Muñoz Bardales, un joven de 22 años que también era aficionado a los drones (aviones robot) en DYIdrones.com.

 

“Tenía 22 años de edad y comenzó en un garage, así como comencé jugando con mis hijos”, detalló al respecto Anderson.

 

Jordi Muñoz es actualmente socio y presidente de 3DRobotics, cursó dos semestres de cibernética en Ensenada, Baja California y ahora es la mente creativa de la empresa que abastece de naves controladas vía remota a la Casa Blanca.

 

“Él y su equipo de trabajo me enseñaron a adentrarme a la tecnología de una nueva forma, también me enseñó que las personas comunes y corrientes pueden hacer empresas a través de la tecnología”, detalló.

 

En opinión de Anderson, para crear estas ideas no se necesita de experiencia, sino sentido de innovación y ganas de hacerlo.

 

“Además me enseñaron la ciudad. Esta ciudad se encuentra en la frontera, cuenta con ingenieros calificados y la más avanzada tecnología. Cuenta con más egresados que cualquier lugar de Estados Unidos. Pensaba que era una ciudad donde se tomaba tequila y yo me imaginaba cárteles de droga, pero estando ahí me di cuenta de que hay más desarrollo que en Estados Unidos”, explicó Anderson.

 

Durante el tiempo en el que Anderson estuvo al frente de Wired, la revista se alejó de sus raíces contraculturales y se dirigió más a la corriente mainstream de la cobertura de grandes empresas. También, su número de circulación pasó de 500 mil a 850 mil ejemplares.

 

De acuerdo con Anderson, estamos inmersos en la tercera revolución industrial, en donde la gente y los empresarios no sólo ponderan su dinero, sino su tiempo.

 

“Ahora hacemos las cosas justo a tiempo”, dijo.

 

Las creaciones y los trabajos son más flexibles, debido al uso de computadoras personales y dispositivos móviles, por lo tanto, mejoran las cadenas de suministro en las empresas.

 

“Es la flexibilidad digital”, dijo.

 

Anderson señaló que en los últimos cinco años las empresas buscaron tener la mano de obra más barata, ahora que lo consiguieron, el siguiente paso es mejorar el tiempo.

 

“Esto fue lo que hizo la globalización en los últimos años, la gente compra lo hecho por robots al mismo precio. Esto quitó la mano de obra, así estamos trabajando en Estados Unidos”, explicó.

 

“La globalización está empezando a trasladarse al occidente”, dijo Chris Anderson durante su presentación en México.

 

“Y no se está moviendo por dinero, sino por tiempo”, puntualizó.

 

Todos somos diseñadores

 

En el siglo XX, los inventores no eran empresarios. Sólo registraban su patente y vendían los derechos a grandes empresas.

 

El negocio de Chris Anderson fue impulsado por él mismo, quien con la ayuda de impresoras 3D diseña y crea los modelos de los aviones a control remoto que comercializa.

 

“Hace diez años era muy difícil tener CAD (un programa de diseño), ahora todo el mundo puede descargar el 123D Autodesk y copiar la realidad”, explicó.

 

Es por ello que Anderson afirma que la creatividad es una de las mayores industrias del mundo.

 

“Ahora todos somos diseñadores, lo sepan o no”, dijo.

 

Cuando Anderson habla de que 3D Robotics empezó en un garaje, no miente, al inicio eran sus hijos quienes ayudaban a crear sus primeros modelos.

 

“Todo empezó como un juego. Ahora ellos hacen sus propios juguetes; de comprar juguetes en Wal-Mart, han pasado a hacerlos, ¿cuál es la lección de esto? ¡Lo que se imaginen lo pueden hacer!, ¡la máquina lo hace todo!”, expresó.

 

De acuerdo con Anderson, esta práctica también tiene su parte democrática, ya que lo que crea la generación digital, lo comparte. Sube el archivo y lo comparte.

 

“Que la gente tome el control de sus juguetes. Tenemos un futuro de manufactura en este sentido”, concluyó.