Trabajando por separado, John y Jim Harbaugh condujeron a sus respectivos equipos al Súper Bowl. Hoy estarán en lados opuestos de la cancha, John como entrenador de los Ravens de Baltimore y Jim de los 49ers de San Francisco.

 

Imagine lo que podrían hacer si trabajaran juntos.

 

En su rueda de prensa conjunta el viernes, alguien les preguntó a los hermanos si contemplarían la posibilidad de trabajar juntos si alguno perdiera su cargo actual.

 

“Sin duda alguna”, respondió John. “Hemos hablado sobre eso. Simplemente nunca se presentó el momento adecuado. Me encantaría trabajar para Jim. Sería lo mejor del mundo”.

 

Jim agregó: “Definitivamente, trabajaría para él”.

 

La tradición del Súper Bowl estipula que los entrenadores se reúnen con la prensa por separado dos días antes del partido. Esa costumbre fue alterada el viernes, porque, después de todo, nunca antes dos hermanos entrenadores se han enfrentado en un Súper Bowl.

 

Vestido con un traje oscuro, camisa blanca, corbata a rayas y zapatos formales, John se sentó en una silla alta detrás de un casco de los Ravens. Jim —vestido con una gorra de los 49ers, una sudadera, pantalones kaki y zapatillas deportivas— se acomodó en una silla idéntica detrás de un casco de San Francisco.

 

John señaló que se trata de un momento “emocionante”, y recitó los nombres de los familiares que estaban presentes, incluyendo sus padres. Luego posaron para fotos en la tarima con su abuelo Joe Sepidi.

 

Jack Harbaugh, el padre de ambos, fue un exitoso entrenador de fútbol americano universitario. Sus hijos siguieron sus pasos, pero por sendas distintas. Hubo una ocasión, sin embargo, cuando casi se juntan.

 

“Casi lo logramos en Stanford en una ocasión”, relató John. “Sería un honor tenerlo en el grupo. Es un gran entrenador. Siempre tratan de conseguir a buenos entrenadores, y no hay nadie mejor que Jim Harbaugh, y lo digo en serio. No hay un mejor entrenador en la NFL que este tipo aquí”.

 

A lo que Jim agregó, “bueno, Jack Harbaugh”.

 

La tradición familiar podría continuar. El hijo de Jim, Jay, trabaja como pasante con John en los Ravens.

 

“Es mucho mejor de lo que anticipamos, y yo sabía que sería fabuloso en lo que hace”, indicó John.

 

Queda claro que los hermanos se divierten con la situación, bromeando y a veces comportándose como un dúo de comedia.

 

Alguien les preguntó que enumeraran las cosas que tienen en común y sus diferencias filosóficas.

 

“Tendría problemas para deletrear filosóficas ahora mismo”, señaló Jim.

 

Aunque Jack Harbaugh recibe gran crédito por la formación de sus hijos como entrenadores, los hermanos revelaron que su madre, Jackie, tuvo mucho que ver en su maduración como personas.

 

“No hay nadie en la familia que tenga más espíritu competitivo que mi madre. Ella compite como loca. Siempre ha creído en nosotros, y creo que eso fue lo más importante para mí”, dijo Jim.