La flamante Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), heredera de la Secretaría de la Reforma Agraria y encabezada por el priista Jorge Carlos Ramírez Marín, no tendrá más dinero para cumplir con las nuevas funciones que ha adquirido.

 

Pare el año 2012 (el último en que se llamó Secretaría de la Reforma Agraria), la dependencia tuvo un presupuesto de cinco mil 707 millones de pesos.

 

Para este año que recién comienza, en tanto, se le asignaron cinco mil 867 millones de pesos, de acuerdo con lo publicado en el Diario Oficial de la Federación del 27 de diciembre de 2012. En términos absolutos esto significa 2.8% más. Sin embargo, la inflación durante 2012 fue de 3.57% (según el INEGI), por lo que en términos reales, la dependencia tendrá 0.77% menos dinero que el que el gobierno calderonista le otorgó el año precedente.

 

Sin embargo, las funciones de esta secretaría se multiplicaron para 2013. Ahora no sólo estará a cargo de la regularización de la tierra y de ayudar en la resolución de conflictos relacionados con su tenencia. Este año también estará encargada de asuntos citadinos, tal como lo dice su nombre: “desarrollo territorial y urbano”.

 

El nuevo titular de la Sedatu, de hecho, en días pasados anunció a 24 HORAS que este mismo año habría un nuevo plan de ordenamiento urbano, lo que requiere dinero.

 

El secretario subrayó que la transformación de la dependencia no representa que se eliminen los conflictos agrarios ni “tampoco significa que la secretaría vaya a abandonar esa función. Al contrario, para que podamos hacer la otra, es indispensable que vayamos poniendo orden en ésta”.

 

El decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación explica que una nueva responsabilidad de esta secretaría será “el desarrollo urbano con criterios uniformes respecto de la planeación, control y crecimiento con calidad de las ciudades y zonas metropolitanas del país, además de los centros de población en general, así como su respectiva infraestructura de comunicaciones y de servicios”.

 

Apenas el 12 de diciembre y antes de la confirmación de la modificación administrativa de la Secretaría de la Reforma Agraria, su titular dijo que la dependencia tiene que “eliminar la tensión entre quienes son legítimos propietarios de la tierra y quienes tienen las posibilidades de hacer que esa tierra se convierta en algo productivo, sobre todo para quienes son legítimos propietarios de ella”, además de generar políticas dirigidas a crear ciudades y desarrollos urbanos competitivos, sustentables y armónicos.

 

Ramírez Marín advirtió que en materia de vivienda y desarrollo urbano, el desafío de la Sedatu es propiciar un auténtico desarrollo, pues no se trata solamente de construir vivienda o de sumar números a los índices de vivienda y créditos otorgados.

 

Ya desde su campaña, el 29 de mayo de 2012, el entonces candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Enrique Peña Nieto, señaló que las reformas prioritarias e inmediatas que impulsaría a su llegada a Los Pinos serían la reforma energética, la reforma laboral, la reforma hacendaria y la modernización del campo mexicano. “El país necesita una reforma estructural que tenga que ver con el sector agroalimentario, y que permita establecer nuevos mecanismos legales para potenciar esa actividad”.

 

El domingo pasado, el presidente Enrique Peña Nieto indicó que es necesaria la unión de todas las fuerzas campesinas para lograr la reactivación y la transformación del sector rural del país.