En lo que fue una fiesta del orgullo priista, el Consejo Político Nacional eligió por unanimidad a César Camacho Quiroz como presidente sustituto del Comité Ejecutivo Nacional del PRI para concluir el periodo estatutario 2011-2015 en relevo de Pedro Joaquín Coldwell, quien renunció para integrarse al gabinete legal del presidente de la República, Enrique Peña Nieto, como secretario de Energía.

 

A su vez, durante la LVI Sesión Ordinaria del partido, Cristina Salazar, quien ocupaba la secretaría general pero por estatuto ocupó la presidencia interina luego de la salida de Coldwell, renunció al cargo y abrió paso para que el Consejo Político Nacional eligiera también por unanimidad y vía “fast track” a Ivonne Ortega como secretaría general sustituta del tricolor, quien terminará su periodo, al igual que Quiroz, el 4 de marzo de 2015.

 

Ambos cumplirán el periodo de Humberto Moreira —el cual renunció tras darse a conocer la deuda del estado que gobernó, Coahuila— y de Cristina Díaz, ambos electos en 2011 por el Consejo Político Nacional.

 

Tanto Camacho como Ortega —quien defendió la candidatura de Peña durante las elecciones internas en el partido— son personajes sumamente cercanos al presidente Enrique Peña Nieto.

 

El ex director de la Fundación Colosio fue respaldado por el 100% de las estructuras del partido y por el 100% de los Comités Ejecutivos Estatales de todo el país y fue registrado como candidato único para ocupar el cargo.

 

Durante su primer discurso como dirigente del partido, Camacho Quiroz aseguró que el retorno del tricolor está marcado por el cambio del partido.

 

“El regreso del PRI está marcado por la transformación que ha vivido el país. México ya cambió y el PRI se está transformando”, insistió ante la presencia de consejeros nacionales entre los que se encontraban los coordinadores de las bancadas en el Senado y en San Lázaro, Emilio Gamboa Patrón y Manlio Fabio Beltrones, así como la senadora Diva Gastelum, el secretario técnico Enrique Jackson y el diputado Francisco Arroyo Vieyra, así como la ex presidenta del partido como Beatriz Paredes.

 

Camacho aseguró: “El PRI no es ni quiere ser el partido del gobierno, sino el partido en el gobierno”.

 

Ahí también, Camacho aludió a los panistas: “Cortos de miras, los beneficiarios del cambio supusieron que su sola llegada a Los Pinos resolvería por ensalmo los problemas. La banalización del gobierno, primero, y la intransigencia, después, crearon una administración más grande y costosa, que no ofreció más ni mejores resultados. Las condiciones de vida se deterioraron lastimosamente, nos robaron la tranquilidad, la política entró en desuso y nuestro prestigio internacional vino a menos.

 

“So pretexto de un gobierno dividido, padecimos un gobierno detenido. No supieron, y a veces no quisieron gobernar. Fueron alternancia sin alternativa y el saldo es la decepción. Si en ese océano de improvisaciones el país no naufragó fue por la madurez de la sociedad civil y la solidez de las instituciones”, afirmó.

 

Ortega se comprometió a trabajar al lado de cada candidato de cara a los comicios del próximo año en los cuales se elegirá un gobernador, así como 467 diputaciones locales y mil 348 alcaldías.