En 1965 Gordon Moore, cofundador de la empresa Intel, fabricante de procesadores de cómputo también conocidos como chips, estableció una ley de renovación tecnológica que durante varias décadas se cumplió a la perfección. Su postulado esbozaba que el número de transistores por unidad de superficie en circuitos integrados se duplicaba cada año, estimación que posteriormente bajó a dos años. En términos de consumidor final esto impacta a la capacidad de procesamiento de información, que particularmente se ha notado en computadoras de uso personal. Y a nivel de producto, la Ley de Moore generó ciclos de renovación de computadoras similares a los de la renovación de la capacidad de procesamiento. También, a la par de que durante ese periodo el poder de una computadora se duplica, los precios de los mismos bajan en la misma proporción. Una computadora reducía su valor a la mitad después de un año de uso, mientras que a los dos años prácticamente valdría “nada” por ser totalmente obsoleta.

 

Hoy en 2012, no son precisamente las computadoras personales la tecnología que un consumidor final compra en mayor medida; la era de la multiplicidad de dispositivos móviles, internet, y sobre todo, el paso de la tecnología de ser un producto para techies con poca estética y dedicado a funciones de productividad, a ser un producto de consumo masivo y accesorio ícono de estilo, parece crear nuevas “leyes de Moore” en los ciclos de renovación tecnológica.

 

Hago la reflexión a propósito de los más recientes acontecimientos alrededor de los lanzamientos de Apple. Hace apenas unas semanas, la empresa de la manzana lanzó sus nuevas versiones de iPad que a diferencia de la Ley de Moore y la consecuente renovación de equipos de cómputo con el doble de capacidad cada dos años, fueron presentados tan sólo siete meses después del lanzamiento de su versión anterior, y en su versión equivalente, por el mismo precio. Habrá que esperar los resultados de negocio de la empresa, pero al menos por lo que se ha constatado en diferentes medios de comunicación, la euforia por las nuevas versiones (ahora un iPad mini incluido), ha sido similar a la de otros lanzamientos de la marca de la manzana.

 

Algo similar parece que ocurrirá con otro de sus productos estrella, el iPhone. Hace algunas semanas se lanzó al mercado su versión 5, cuya alta demanda ha hecho que en México permanezca agotado; casi simultáneamente a su lanzamiento, el sitio de tecnología DigiTimes filtró que la compañía prepara el lanzamiento de su siguiente versión (5S dicen los rumores) para junio del próximo año. Otra vez, en menos de un año, con precios sumamente altos, sin duplicación de capacidad, y con gran aceptación del mercado.

 

¿Será el nuevo ritmo de lanzamiento de productos de Apple, una nueva realidad en los ciclos de renovación tecnológica, al estilo de lo que alguna vez definió Moore con su ley? Sólo el futuro tendrá la respuesta pero en un inicio tenemos señales de que así será. El mercado ha dado un visto bueno a esa reducción de tiempos en la renovación de los productos. Sin importar el costo, sin importar si la capacidad de un equipo se duplica o no.

 

@jorgetaboada