MADRID. Los desahucios se han convertido en la cara más dramática de la crisis económica en España y otros lugares de Europa, donde cada país aplica modelos diferentes cuando las familias no pueden hacer frente al pago de sus créditos hipotecarios.

 

En España, donde en menos de 20 días dos personas se han suicidado cuando iban a ser desalojadas de su vivienda, el Gobierno y el opositor Partido Socialista abrieron la negociación para una reforma que permita frenar los desahucios por impago de hipoteca.

 

Desde el inicio de la crisis, los desahucios han afectado ya a unas 400 mil familias en España, entre ellas inmigrantes latinoamericanos.

 

La actual legislación española establece que en el caso de que una persona no pueda pagar las cuotas de la hipoteca, el banco o la entidad financiera prestataria puede embargar la vivienda y seguir exigiendo el pago de la deuda hasta que se salde la misma, con lo que la dación no está contemplada en la ley.

 

La Asociación Española de Banca (AEB) anunció ayer el compromiso de sus asociados de paralizar los desahucios durante los dos próximos años “en aquellos casos en que concurran circunstancias de extrema necesidad”, decisión a la que se sumaron las cajas de ahorro.

 

La ejecución forzosa de hipotecas no está regulada a escala europea y es, por tanto, competencia de los Estados miembros.

 

Sin embargo, dicha regulación procesal nacional no puede conducir a que se obstaculice la invocación de los derechos garantizados al consumidor por la Directiva 93/13 sobre cláusulas contractuales abusivas, según un dictamen publicado recientemente por la abogada general del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (UE) Juliane Kokott.

 

Hasta 2009, la legislación griega sobre desahucios por impago hipotecario era similar a la española, sin que existiera la posibilidad de la dación en pago.

 

Sin embargo, el Gobierno socialdemócrata de Yorgos Papandreu aprobó una moratoria, vigente hasta 2013, que impide a los bancos expulsar por impago de la hipoteca a los inquilinos de una casa si es su primera residencia y es menor de 200 metros cuadrados.

 

La dación en pago tampoco está contemplada en Portugal, donde más de 150 mil familias se encuentran en situación de impago de sus créditos hipotecarios. El Gobierno luso anunció este año medidas para facilitar que los propietarios en impago puedan renegociar su deuda y habitar el inmueble mediante el pago de una renta.

 

En Italia, el sistema jurídico en cuanto a las hipotecas es el mismo que en España, pero un decreto-ley de 2008 suspendió los desahucios a las familias que tuvieron unos ingresos de 27 mil euros al año o menos.

 

Los desahucios son inusuales en Francia, donde suelen concederse préstamos inmobiliarios, y no hipotecarios, con lo que el inmueble no respalda el préstamo, sino que el prestatario paga un seguro al Estado para que este se haga cargo de las letras en ciertos casos, como la pérdida del empleo.

 

En Alemania, cuando una persona no puede seguir cumpliendo con las cuotas de una hipoteca el banco procede a cancelar el crédito y a exigir de forma inmediata la devolución total del mismo. El embargo puede evitarse o al menos aplazarse si el deudor se compromete a pagar la deuda en el plazo de seis meses. El último recurso es proceder a una subasta pública de la propiedad hipotecada.

 

El proceso para desalojar a una persona de su vivienda porque no ha podido pagar su hipoteca en el Reino Unido puede ser largo y plagado de recursos judiciales por ambas partes, tanto de la entidad hipotecaria que concedió el crédito como del propietario.

 

La entidad de crédito está obligada a vender la vivienda al mejor precio, pero si la venta no llega a cubrir los fondos que debe recaudar, entonces pasará la diferencia de la deuda al que debe la hipoteca. Si la persona no puede pagar lo que debe, siempre puede declararse en “bancarrota”.

 

En Holanda, al cabo de cuatro meses de falta de pago de la hipoteca, el banco se pone en contacto con la persona que ha firmado el crédito y, si hay perspectiva de que la situación financiera del propietario mejore, se suele acordar una medida de “transición de pago” en la que se rebaja temporalmente la renta.

 

En los casos extremos, el mismo propietario pone la casa en venta o, si no, es el banco quien la subasta, un método a través del cual se considera zanjada la deuda. EFE