Enrique Peña Nieto prometió que a partir del 1 de diciembre promoverá las reformas estructurales necesarias, “que desde hace tiempo parecían obvias y necesarias” para terminar con la pobreza que aqueja a miles de ciudadanos.

 

En un texto que aparece bajo su firma publicado por el diario francés Le Monde, el presidente electo dijo que asumirá el poder para llevar a cabo el cambio que los electores solicitaron en las elecciones de julio.

 

“La reforma laboral va a mejorar la flexibilidad del mercado sin afectar los derechos de los trabajadores; la de seguridad social que convertirá el acceso a la salud de todos los mexicanos en un derecho inalienable; la fiscal, que consolidará el sistema impositivo, y la energética, que fortalecerá la industria del petróleo a través de la inversión privada, sin sacrificar la propiedad nacional de los hidrocarburos”.

 

En una especie de diagnóstico, señala que pese a la desaceleración económica mundial provocada por la crisis de 2008, México sigue creciendo a un ritmo prometedor y constante y, de acuerdo con las corredurías Goldman Sachs y Nomura, será una de las 10 economías más grandes en 2020, además de que la democracia mexicana, de acuerdo con la Organización de Estados Americanos, es una de las más fuertes en la región. Sin embargo, continúa, “a pesar de estos pronósticos alentadores y los progresos realizados, muchos mexicanos siguen viviendo en condiciones de extrema pobreza, víctimas de la violencia y la corrupción”.

 

Peña Nieto sostiene que se auxiliará de varias iniciativas que ya se han presentado al Congreso en materia de lucha contra la corrupción y de la transparencia del gobierno, para alcanzar una democracia más pluralista con instituciones fuertes, que fomente la rendición de cuentas y fortalezca la lucha contra el abuso de poder y la impunidad.

 

“En materia económica, vamos a promover la competencia y fomentar la inversión, tanto de las empresas mexicanas en el extranjero, como de las empresas internacionales en nuestro país. Esta es la única manera de lograr que México ocupe el lugar que le corresponde en la historia del siglo XXI”.

 

El texto dedica varios párrafos a destacar la fortaleza de la cultura mexicana. Por ejemplo, señala que nuestro país tiene 31 sitios incluidos en la lista de Patrimonio Universal de la Humanidad de la UNESCO. “Nuestro objetivo es transformar a México en el líder mundial en la difusión de la lengua española y sus productos culturales como el cine, la literatura, la radio, la prensa, la televisión y la educación superior. México, como el mayor país de habla española y la segunda más grande de América Latina, tiene una responsabilidad considerable en el concierto de las naciones”.

 

El artículo concluye con la afirmación de que México reconoce a Francia como una nación con liderazgo y comprometida con los principios que simboliza la Unión Europea. “Los derechos humanos, la educación, el comercio, la ciencia, la cultura, la tecnología y los avances de la democracia son los temas alrededor de los cuales nuestra amistad centenaria será ratificada. La convergencia de nuestros intereses en estos temas engrandecerá a nuestras dos naciones y ayudará a poner en práctica el plan de acción que exige la situación internacional”.