Ginebra. Una versión anterior de la enigmática “Mona Lisa”, pintada por el pincel de Leonardo da Vinci, ha sido presentada por primera vez a los medios en Ginebra ante los ojos maravillados de los espectadores.

 

Expertos y científicos avalaron después de tres décadas de minuciosos estudios que esta versión de una Gioconda unos 15 años más joven de la que se exhibe en el Museo de Louvre, en París, es un “auténtico” Leonardo.

 

Para el director de la Fundación de la Mona Lisa con sede en Suiza Stanley Fieldman, en cuyo poder ha estado el cuadro durante 10 años, esta Gioconda con una sonrisa un poco más pronunciada y quien muestra más frescura en su rostro, “es la mejor”.

 

“Tengo una relación amorosa con esta pintura, dijo Fieldman al ser cuestionado, es una relación amorosa que tenemos ella y yo hace 10 años”.

 

El cuadro presentado hoy se atribuye a un retrato que pintara Leonardo de Lisa Gherardini, esposa del noble italiano Francesco del Giacondo que encargó su retrato.

 

En la pintura presentada en un lujoso hotel ginebrino bajo estrictas medidas de seguridad, se aprecia a la modelo en la misma postura en la que está la del Museo del Louvre y según el experto italiano Alessandro Vezzosi, especializado en Da Vinci, se atribuye al pintor el rostro de la “Mona Lisa” y quizá las manos.

 

El fondo al que considera grotesco y contrasta atrevidamente con la figura de la mujer no es de Leonardo y se desconoce al autor.

 

En cambio, la pintura del Louvre es una obra perfectamente terminada por el artista y cada parte del cuerpo de la mujer de una u otra manera se refleja en el fondo del cuadro ya sea en el agua o en el paisaje, “lo que no ocurre con la versión exhibida hoy”.

 

Según Vezzosi y varios expertos e historiadores presentes en la muestra del cuadro, lo más probable es que Da Vinci haya pintado a la Gioconda joven, dejando la obra inconclusa y unos 15 años después replicó su propia obra, con la misma modelo, en la misma posición pero el genio esta vez “la envejeció” debido al perfeccionismo del artista.

 

La Gioconda que se exhibe en el Louvre permaneció en poder de Leonardo hasta su muerte y hay evidencia que hasta en sus últimos días siguió perfeccionando cada centímetro cuadrado de la obra, por lo que en consideración de Vezzosi desde el punto de vista técnico es superior.

 

La “versión más joven”, que pertenece a los hermanos Stanley y David Feldman y que “no está a la venta” , probablemente fue pintada alrededor de 1505 y estuvo en una bóveda de un banco en Suiza durante muchos años.

 

Fue descubierta en 1913 por el coleccionista Hugh Blaker en una casa apartada en el oeste de Inglaterra, donde había estado colgada durante un siglo sin que nadie reparara en la pintura y sin llamar la atención de los coleccionistas.