La captura de Jorge Eduardo Costilla Sánchez, El Coss, es el último capítulo de una historia de divisiones y traiciones que en años recientes desmoronaron al Cártel del Golfo, una de las organizaciones delictivas más antiguas del país y que, en su momento, rivalizó con el Cártel de Sinaloa por el control del tráfico de drogas hacia los Estados Unidos.

 

Autoridades de la PGR revelaron a 24 HORAS que en la última semana se recibieron, de “fuentes anónimas”, indicios respecto a los movimientos de Costilla en Tampico, de su equipo de seguridad y de los momentos en que podría estar en mayor vulnerabilidad.

 

Se trata de información, indicaron en la Procuraduría, que necesariamente fue filtrada por gente allegada al grupo delictivo, en una posible represalia por la captura consumada hace unos días de Mario Cárdenas Guillén, líder de la célula que rivalizaba con El Coss.

 

Los datos permitieron a la Armada de México diseñar una estrategia de inteligencia que concluyó con la aprehensión de Costilla el pasado miércoles.

 

Las investigaciones advierten que el debilitamiento del histórico cártel comenzó en el 2003 con la detención de Osiel Cárdenas Guillén, El Loco o El Padrino, narcotraficante que por casi una década se mantuvo como el líder único y que, además, consiguió adherir a Los Zetas como brazo armado de la organización.

 

El Coss, hasta ese momento lugarteniente de Cárdenas Guillén, subió en la jerarquía del grupo delictivo, ubicándose solo por debajo de Ezequiel Cárdenas Guillén, Tony Tormenta, y Samuel Flores Borrego, El Metro 3.

 

En 2007, año en que fue extraditado Osiel Cárdenas a los Estados Unidos, surgieron las dificultadas con Los Zetas, quienes en diversas narcomantas expresaron su desconfianza hacia El Coss y de Tony Tormenta, a los que acusaban de traición por la filtración de datos a las autoridades.

 

La ruptura se materializó a finales de 2009 con la detención de Sergio Peña Mendoza, jefe de la plaza de Los Zetas en Reynosa, Tamaulipas. Costilla y Ezequiel Cárdenas fueron acusados por el brazo armado de haber filtrado a las autoridades su ubicación.

 

Ya sin Los Zetas, la situación en el Cártel del Golfo no mejoró. Testigos colaboradores declararon ante la PGR que El Coss era acusado dentro el grupo por haber establecido alianzas, primero con el Ejército y la Marina, para facilitar la captura de sus antagonistas, e incluso con grupos rivales como el Cártel del Pacífico o la Familia, para combatir a Los Zetas.

 

Diversas detenciones de lugartenientes fueron incrementando la tensión, la cual terminó por desbordarse con la muerte de Tony Tormenta durante un enfrentamiento con la Marina en noviembre de 2010, y con el asesinato de El Metro 3 en septiembre del 2011. Ambos hechos fueron atribuidos a una traición de Costilla.

 

Separado el cártel en dos facciones denominadas en Los Metros y Los Rojos, vinieron las detenciones de los integrantes de la familia Cárdenas, siendo la última de ellas la de Mario Cárdenas Guillén, hermano de Osiel y Ezequiel, luego de una “denuncia anónima” que reveló a la Marina su ubicación en Altamira, Tamaulipas.

 

Con la reciente caída de El Coss y la desintegración de la estructura del mando del Cártel del Golfo, las autoridades federales prevén ahora un reacomodo violento en las plazas bajo control de ese grupo, principalmente ubicadas en los estados de Tamaulipas, Nuevo León y Veracruz.

 

Prevén extradición

 

De acuerdo con fuentes de la PGR, Eduardo Costilla Sánchez, El Coss, sería extraditado en el mediano plazo a los Estados Unidos, donde es reclamado por una Corte Federal del Distrito Sur de Texas, División Brownsville, quien libró la orden de arresto en su contra por tráfico de narcóticos el 10 de abril de 2002.

 

Por lo pronto, el narcotraficante fue trasladado la tarde de ayer a la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) para rendir una declaración ante el Ministerio Público Federal. Su situación jurídica se estará resolviendo a más tardar este fin de semana.