El incipiente proceso de paz colombiano, que aún no arranca formalmente, pareció afrontar su primer tropiezo cuando ambas partes mostraron divergencias sobre la posibilidad de discutir una propuesta de cese al fuego.

 

Horas después de que delegados de las guerrillas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) dijeran en una rueda de prensa, en La Habana, que propondrían en la mesa de negociaciones un cese de hostilidades, el presidente Juan Manuel Santos descartó tal posibilidad y dijo que la instrucción a la fuerza pública es intensificar sus acciones ofensivas.

 

Las negociaciones están previstas para comenzar en octubre en Oslo, capital de Noruega.

 

El pronunciamiento del mandatario se produjo luego de que se reuniera con más de un centenar de generales y coroneles en la base militar de Tolemaida, una de las más grandes del país.

 

Sin responder a preguntas, el presidente hizo la declaración frente a reporteros que se encontraban en dicha base, ubicada en el centro del país.

 

A los generales y coroneles “les he pedido que intensifiquen su accionar. No va a haber ningún tipo de cese al fuego. Aquí no vamos a ceder nada hasta tanto lleguemos al acuerdo final y que eso quede muy claro”, dijo Santos rodeado de altos oficiales de las cuatro fuerzas y del ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón.

 

Santos no se refirió directamente a la designación de Trinidad como negociador de las FARC, pero pareció referirse al tema cuando dijo que el gobierno acordó ir a unas conversaciones que tengan propuestas serias, dignas, realistas y eficaces.