El juez Tercero de Distrito en materia de Procesos Penales del Segundo Circuito, Raúl Valerio Ramírez, dictó el auto de formal prisión contra los generales Tomás Angeles Dauahare, Roberto Dawe González, Ricardo Escorcia Vargas, el teniente coronel retirado Silvio Hernández Soto; así como contra el general Rubén Pérez Ramírez y el mayor Iván Reyna Muñoz.

 

A los primeros cuatro mandos castrenses  y a Reyna Muñoz, se les dictó por el delito de delincuencia organizada, mientras que a Pérez Ramírez por delitos contra la salud en su modalidad de colaborar y fomentar la ejecución de ese tipo de delitos.

 

El ex subsecretario de la Defensa, Angeles Dauahare, el general Roberto Dawe, quien estaba a cargo de la 20 Zona Militar en Colima, el general en retiro Escorcia Vargas, y el teniente coronel retirado, Hernández Soto, se encuentran presos en el penal federal del Altiplano, ubicada en Almoloya de Juárez, desde el pasado miércoles.

 

Mientras que Pérez Ramírez y Reyna Muñoz, habían sido detenidos de forma previa, y se les vincula con el mismo caso de protección al citado cartel.

 

El juez de distrito determinó iniciar el proceso en contra de los mandos castrenses,  que son parte del expediente 44/2012, y estableció que por tratarse de delitos graves ninguno tiene derecho a fianza.

 

Valerio Ramírez considera en su fallo que en el expediente existen indicios de prueba suficientes “que comprueban el delito de delincuencia organizada y que hace probable responsabilidad penal a los procesados”.

 

También refiere que los mandos castrenses “favorecían los intereses de la organización delincuencial de los Beltrán Leyva, con la cual se les relaciona”, y que  durante 2007 proporcionaron información que conocían por sus funciones y que  le resultó útil a esa organización.

 

Apunta que el apoyo de los cuatro militares que estuvieron arraigados desde el pasado ,  permitió el aterrizaje de aeronaves en el aeropuerto internacional de Cancún, Quintana Roo, provenientes de Colombia y Venezuela, que traían caragamentos de clorhidrato de cocaína, las cuales aterrizaban en ese sitio para abastecerse de combustible, y de esta forma se convertían en vuelos nacionales, y continuaban su destino al centro del país, pero ya sin mayores revisiones.

 

Mientras que a Pérez Ramírez se le señala de su probable participación en una reunión de dos integrantes de los Beltrán Leyva, a quienes presentó con los militares responsables de los turnos del aeropuerto de esa ciudad, para que acordaran el apoyo a la citada actividad ilegal.