Madrid. El ex juez de la Audiencia Nacional, el español Baltasar Garzón, afirmó que “se siente el último exiliado del franquismo”, situación que aún no se ha superado en España, destacó hoy el diario ibérico El País.

 

Sobre el nuevo caso en el que participa, aseguró que Assange “es bastante diferente de las fotos que había visto. Me pareció una persona firme en sus convicciones, en su defensa de la libertad de prensa, de información, de expresión”.

 

Assange no tendría un juicio justo en Estados Unidos porque no sería un juicio por hechos delictivos reales, sino una represalia política por las informaciones que dio, pero “si no le conceden el asilo, pediremos en los tribunales internacionales que se garanticen sus derechos” .

 

Sostuvo que asumió su defensa pro bono, sin honorarios de por medio, porque cree en su inocencia y en su causa.

 

“Para mí es evidente que la petición desde Suecia para interrogarle por acusaciones de abusos sexuales y violación son la excusa para juzgarle en Estados Unidos por revelar información que afecta a las instituciones estadounidenses”, consideró.

 

 

Sobre todo lo que difundió Wikileaks, Garzón expuso que “no se refería a grandes hechos que hubieran cambiado la humanidad, sino más bien a hechos zarrapastrosos, de suciedad y política de bajo nivel” .

 

Opinó que Wikileaks debería contribuir a una reformulación con profundidad de esos servicios y el sentido de los mismos en una época en la que la guerra fría ya está lejos.

 

Garzón, a quien se le apartó de su cargo como juez en febrero pasado, señaló que mucho temas que afectaban a puntos neurálgicos tuvieron que ver con esa situación.

 

“El del franquismo hizo mucho daño porque todavía no se ha superado y hay un sector de la población y sobre todo de la política que no quiere que se toquen esos temas, y lo que menos le importan son las víctimas”, dijo.

 

Se refirió también al caso Gurtel, que fue el detonante y que tiene que ver con el caso de corrupción de más amplitud y mayor incidencia en el mundo político y, que además, afectaba a un partido que ahora está gobernando, el Partido Popular (PP).

 

“A mí me afecto, eso está claro. Me han quitado mi profesión, pero voy a seguir peleando mientras me quede una gota de aliento porque creo que se lo debo a la función judicial”, remarcó.

 

Garzón, quien ahora va a encabezar el equipo jurídico que defenderá a Julian Assange, aseveró que “es víctima de una injusticia, pero no se siente así, porque sabía el terreno en el que jugaba. Sabía que esto podía ocurrir. Estaban obsesionados conmigo”.

 

Anotó que “procuró siempre, dentro y fuera de España, defender a la justicia española y a los que la administran. Nunca he ido, al contrario que otros muchos, a denostarla, y por eso me dolía y aún me duele tener que explicar esto”.