Después de dos años de lluvias escasas, altas temperaturas y problemas sociales por la sequía, la lluvia comenzó a caer en los estados del norte del país.

 

El martes pasado Nuevo León, Zacatecas, Sonora, Chihuahua y Tamaulipas registraron lluvias de entre 10 y 20 milímetros. San Luis Potosí alcanzó una máxima de 74.4 milímetros. Coahuila y la península de Baja California no registraron precipitaciones, pero se esperan en los próximos días.

 

Desde finales de junio, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) pronosticó el “monzón norteamericano”, que trajo lluvias desde inicios de julio. “Hay lluvias en Sonora y Sinaloa, pero afortunadamente, la humedad se está dispersando hacia Baja California Norte, Nuevo León y Chihuahua”, dijo Martín Ibarra, jefe del Programa de Pronóstico Estacional del Servicio Meteorológico Nacional (SMN).

 

El año pasado esta región tuvo un déficit de hasta 50% en lluvias. Este año, aseguró Ibarra, las precipitaciones superaron a las del año anterior en tan sólo 15 días. Al sumar los acumulados de 2012, los estados del norte presentan mayor precipitación, explicó el especialista en climatología.

 

Esto ayuda a elevar el nivel de las 49 presas de esta región. No obstante, la Comisión Nacional del Agua las mantiene catalogadas con posibles problemas en el suministro del agua debido a que se encuentran con menos de 50% de su capacidad.

 

José Luis Luege Tamargo, titular de la Conagua, aseguró que las lluvias aún son insuficientes para mitigar los efectos de la sequía en el campo. Laura Gurza, secretaria de Protección Civil, coincidió en que no son suficientes para combatir a fondo la sequía, ya que la lluvia se concentra en el centro y sur del territorio nacional.

 

Sin embargo, Ibarra se muestra más optimista. “Había un déficit de lluvia que ya empezó a reducirse. Las lluvias han permitido disminuir los estragos en Durango, Chihuahua, Zacatecas y Coahuila, aunque no hay que bajar la guardia”.