La aprobación en Estados Unidos del fármaco Truvada para reducir el riesgo de infección por VIH no está exenta de la polémica. Algunos grupos consideran que este medicamento podría crear una falsa sensación de seguridad frente al VIH, mientras que para otros significa que el mundo está cada vez más cerca “del fin de la epidemia”.

 

A tres décadas de que fueron identificados los primeros casos de la enfermedad causada por el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), la Administración de Fármacos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, en inglés) aprobó la comercialización del fármaco -por parte de Gilead Sciences Inc.- para reducir el riesgo de contagio, ya que desde 2004 está en el mercado como tratamiento para las personas que ya están infectadas con el virus.

 

El nuevo uso del fármaco se autorizó después de que un cuerpo consultivo hicieras la recomendación hace unas semanas por 19 votos contra tres.

 

Algunos grupos critican el uso de este medicamento porque, señalan, podría crear una falsa sensación de seguridad frente al VIH. En su comunicado, la FDA destacó que Truvada debe utilizarse dentro de un “plan amplio de prevención del VIH”, que incluye el uso de preservativos y de pruebas de detección del virus.

 

Por su parte y previo al inicio de la 19 Conferencia Internacional sobre el Sida en Estados Unidos, el próximo domingo, el director de la sección VIH/sida de UNICEF, Craig McClure, consideró que la eliminación de la transmisión del VIH de madres a hijos está ahora “al alcance de la mano” y podría marcar un momento crucial en la epidemia, aunque la prevención en los adolescentes sigue siendo problemática.

 

“Por primera vez estamos verdaderamente al comienzo del fin de la epidemia”, declaró McClure en entrevista en París, Francia.

 

Un estudio de tres años halló que las dosis diarias reducen el riesgo de infección en los hombres homosexuales y bisexuales en 42%, cuando se acompaña de preservativos y asesoramiento. En tanto que el año pasado otro estudio demostró que Truvada reduce la infección en 75% en parejas heterosexuales en las que uno de los miembros estaba infectado por el virus. CON