LONDRES. El Gobierno británico anunció la mayor reforma de sus Fuerzas Armadas en décadas, que supondrá la reducción de 20 mil soldados en ocho años y dejará al ejército del Reino Unido con la mitad de efectivos que tenía en plena Guerra Fría.

 

Tanto la oposición como altos mandos del ejército criticaron la reforma, que han calificado de “poco sensata” por poner en riesgo la seguridad del Reino Unido.

 

En una intervención ante la Cámara de los Comunes, el ministro de Defensa, Phillip Hammond, aseguró que los cambios contribuirán a crear un fuerza “equilibrada, capaz y adaptable” a las condiciones del futuro.

 

La reforma, denominado “Ejército 2020”, supone la reducción del número de soldados de los actuales 102 mil a 82 mil en los próximos ocho años, mientras los reservistas se doblarán hasta los 30 mil.

 

Estas cifras suponen la mitad del número de efectivos que el ejército británico tenía en 1978, cuando ascendía a 163 mil, y reducirá su tamaño al que tenía en el siglo XIX.

 

Los medios británicos aseguran que el Gobierno ha retrasado varios meses su anuncio por temor a una dura campaña en contra.

 

“Tras heredar el enorme despilfarro del anterior Gobierno (laborista), nos hemos visto obligados a tomar decisiones difíciles para llevar a cabo nuestra visión de unas Fuerzas Armadas formidables, adaptables y flexibles”, afirmó Hammond.

 

Con el fin de reducir el tamaño y el gasto que supone el ejército, el Gobierno ha tenido que reorganizar su estructura con un plan diseñado por el teniente general Nick Carter, que ha recomendado qué unidades y regimientos son prescindibles.

 

El ministro conservador recalcó que, después de una década de “largas operaciones”, como las desarrolladas en Irak o Afganistán, “necesitamos transformar el ejército” en un fuerza “bien entrenada, equipada y financiada”.

 

Ya se han anunciado 7 mil despidos y les seguirán otros 11 mil en los dos próximos años, mientras que el Gobierno estudia un plan para facilitar que los reservistas puedan tener más tiempo libre en sus trabajos y unirse a operaciones del ejército.

 

Hammond, que reconoció que la moral de las tropas es “frágil” por los recortes, explicó que, al disminuir el número de soldados, será imprescindible recortar el número de unidades en todos los cuerpos del Ejército.

 

Por ello, la reforma supondrá la desaparición de 17 divisiones entre las que se encuentran cuatro históricos batallones y un quinto que reduce a Escocia sus actividades.