La suciedad acumulada en la red de agua potable y los tanques de almacenamiento que operan los gobiernos del Distrito Federal y el Estado de México son causantes también del mal olor y sabor que persiste en el líquido proveniente del Sistema Cutzamala, aseguró José Luis Luege Tamargo, director de la Comisión Nacional de Agua (Conagua).

 

El funcionario señaló que si bien la presa de Valle Bravo está llena de algas y geosmina -una sustancia que le da el olor y sabor a tierra mojada-, el agua potable que abastece el Sistema es incolora, inodora y sólo con un pequeño sabor a humedad.

 

“En los tanques y redes pueden quedar residuos de geosmina. Al señor Marcelo Ebrard ya le dije que revise sus tuberías antes de acusar a la Conagua y entiendo que ya dio la orden para que el Sistema de Aguas lo haga. Al Organismo de Aguas del Estado de México también se los dijimos “, subrayó Luege Tamargo.

 

Aunado a lo anterior, recomendó a la población limpiar sus cisternas y tinacos ahora, y por lo menos cada tres meses, para eliminar los residuos de este químico natural.

 

Desde finales de mayo pasado los habitantes de la Ciudad de México y de los municipios denunciaron un olor a tierra mojada o pesticida en el líquido, que la Conagua atribuyó a la proliferación de algas debido a los bajos niveles de la presa de Valle de Bravo por la falta de lluvia, las altas temperaturas en la zona y las descargas de aguas negras municipales.

 

El director señaló que la presencia de los organismos no es peligrosa mientras no se rompan las membranas y liberen micotoxinas, que sí dañan el organismo humano. Por ello se canceló la circulación de vehículos motorizados y se inició el retiro de algas.

 

Luege Tamargo explicó que este problema podría alargarse un mes más, en espera de la regularización de las lluvias para que la presa alcance sus niveles óptimos en octubre próximo.

 

Durante un recorrido por dos puntos del Sistema Cutzamala, en el Estado de México, el funcionario explicó que la Conagua realiza un proceso de absorción de la geosmina.

 

En el canal Donato Guerra Luege Tamargo señaló que el agua proveniente de la presa de Valle de Bravo presenta un color verdoso y un olor a tierra mojada, debido a la presencia de algas y otros microrganismos; para ello se aplica carbón natural y mineral, que absorbe a los organismos vivos. Este proceso tiene un costo de seis millones 300 mil pesos al mes, adicionales al costo que implica traer agua potable del Cutzamala al Valle de México.

 

El director de la Conagua agregó que una vez que el líquido llega a la planta de tratamiento Los Berros se retiran los residuos y se potabiliza normalmente.

 

Al final el agua sale transparente y sin olor, sólo tiene un ligero sabor a tierra mojada, que no causa problemas y cumple con los parámetros de la Norma Oficial Mexicana 127-SSA1-1994, aseguró el funcionario federal.

 

La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) confirmó que se realizaron pruebas de toxicicidad en tres tanques de almacenamiento y dos colonias del DF, con resultados negativos a la micotoxina.