LÁZARO CÁRDENAS. Su única decisión ante la tormenta y la tardanza del candidato fue subirse todos al templete y empaparse. Ahí esperaban los aspirantes a puestos de elección popular la llegada de Enrique Peña o de Jesús Alí de la Torre.

 

El candidato presidencial nunca llegó porque el avión en el que viajaba tuvo que realizar un aterrizaje preventivo en Puebla, cuando se detectó en el tablero de mando una falla en el sistema de transferencia de combustible. La revisión del aparato fue rápida y sólo había sido un problema eléctrico menor en el tablero, pero ya no hubo tiempo para alcanzar el evento.

 

Peña Nieto viajaba con su esposa Angélica Rivero, su esposa, David López, coordinador de comunicación social, y Benito Neme, el responsable jurídico de la campaña e hijo de un ex gobernador tabasqueño.

 

El candidato habló por teléfono con Alí de la Torre para explicarle lo sucedido y pedirle que en el mitin diera a conocer los compromisos que iba a firmar en Tabasco.

 

Los asistentes llevaban más de cuatro horas en espera, y los organizadores insistían que sí llegaría. La espera y la desinformación provocó gritos de enojo.  “No voy a votar por Peña porque no cumple”, exclamaron unos. Otros llegaron a gritar “¡qué viva el Peje!”.