Londres. Los gobiernos de todo el mundo han fracasado en su lucha contra la droga y sus acciones han provocado una pandemia de Sida entre los drogadictos. En el caso de México este combate no ha logrado frenar la producción de heroína mexicana, que aumentó 340% en la última década, advierte un estudio.

 

El informe presentado por la Comisión Global de Política sobre Drogas señala que el encarcelamiento de drogadictos no violentos los ha alejado de los sistemas públicos de salud  y provocado un aumento en los contagios del VIH, cuya causa principal es el uso compartido de jeringuillas.

 

En el marco del Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, la Comisión que tiene entre sus firmantes a seis expresidentes de países como Colombia, Brasil, México o Chile, el antiguo ministro español y ex alto funcionario de la Unión Europea, Javier Solana y el escritor hispano-peruano Mario Vargas Llosa, dio a conocer el estudio “La guerra contra la droga y el VIH/Sida: cómo la criminalización del uso de drogas alimenta la pandemia global”.

 

Los expertos critican duramente el “fracaso notable de las políticas de lucha contra la droga” en la reducción del suministro mundial de opiáceos ilegales como la heroína, cuya oferta aumentó 380% entre 1980 y 2010, mientras que sus precios siguen una tendencia a la baja, según datos de la comisión.

 

La lucha contra la droga también ha espoleado el crimen organizado, denuncia el informe, que subraya que desde 2006 la guerra de las fuerzas de seguridad mexicanas contra los cárteles de la droga se ha cobrado la vida de unas 50 mil personas y ha causado 10 mil desapariciones.

 

Sin embargo, esta acción no ha frenado la producción de heroína mexicana, que aumentó 340% en la última década, apuntan los autores, entre los que figuran los expresidentes César Gaviria (Colombia), Ernesto Zedillo (México), Fernando Henrique Cardoso (Brasil) y Ricardo Lagos (Chile).
El informe arremete contra Estados Unidos, China, Rusia y Tailandia por “ignorar la evidencia científica y las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y resistirse a la implementación de programas de prevención del VIH”, lo que ha dado pie a “consecuencias devastadoras”.

 

Según los datos de este grupo de expertos, una cuarta parte de los estadounidenses infectados por el VIH pasan por instalaciones penitenciarias al menos una vez al año.

 

Por el contrario, el documento alaba la actuación de países como Australia, Portugal o Suiza, en los que “la adicción se trata como un problema de salud” y en donde el contagio del VIH entre drogadictos casi se ha eliminado.

 

En su lugar proponen reformas que “rompan el tabú”, como sustituir la pena de cárcel por atención sanitaria y programas de desintoxicación a aquellos que lo necesiten.
El estudio muestra que en el Reino Unido y Alemania, donde se introdujeron a tiempo estrategias de salud pública, la prevalencia de VIH entre personas que se inyectan drogas es menor a 5%, mientras que en Rusia, China y Tailandia más de 35% están infectadas con el virus del Sida por el uso de jeringas no esterilizadas.

 

Las políticas deberían respetar los derechos y necesidades de las personas afectadas por la producción, el tráfico y el consumo de drogas como se reconoce en la Convención Tráfico de Drogas 1988, señala la organización dedicada a buscar soluciones globales sobre cómo reducir el daño humano por el uso de estupefacientes.

 

Por la legalización

 

La Comisión volvió este martes a abrir el debate del año pasado al reiterar su posición de legalizar el cannabis para “socavar el poder del crimen organizado”. Para ello recomendó a los gobiernos “experimentar con modelos de regulación legal de las drogas, especialmente el cannabis”, pero también alienta a que se despenalicen otros estupefacientes.

 

El consumo de opiáceos, representa 34.5% del consumo global, seguido de la cocaína 27.0, mientras que la marihuana representa 8.5%, según estimaciones de Naciones Unidas del Consumo Anual de Drogas.

 

Ve la OMS deficiencias en la atención

 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó que la mayoría de las personas con trastornos por consumo de drogas no recibe tratamiento eficaz, por lo que los gobiernos deben considerar la dependencia a las drogas como un problema de salud.

 

El coordinador de la gestión del equipo de Uso de Sustancias de la OMS, Vladimir Poznyak, indicó que a nivel mundial “sólo 45% de los países evaluados son capaces de proporcionar medicamentos esenciales para tratar la dependencia a la heroína y otros opiáceos”.

 

Precisó además que sólo 82 países ofrecen servicios especiales de salud para las personas con trastornos por consumo de drogas, aunque no precisó cuáles son.

 

 

 

Ve la OMS deficiencias en la atención

 

Ginebra. La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó que la mayoría de las personas con trastornos por consumo de drogas no recibe tratamiento eficaz, por lo que los gobiernos deben considerar la dependencia a las drogas como un problema de salud.

 

En el marco del Día Internacional contra el abuso indebido y tráfico ilícito de drogas, la OMS señaló que el estigma y la discriminación asociados a la drogodependencia han sido grandes obstáculos para un tratamiento adecuado.

 

“La adicción a las drogas es un trastorno que se puede tratar con eficacia, pero por desgracia la gran mayoría de las personas que la necesitan no tienen acceso al tratamiento”, dijo en un comunicado el director del Departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancias de la OMS, Shekhar Saxena.

 

Los datos presentados en un nuevo sistema de información de la OMS ilustra las enormes brechas que aún existen en el área de tratamiento de la dependencia de las drogas.

 

Reconoció que más y más países se dan cuenta de los beneficios del tratamiento para la dependencia de drogas y alcohol, “no sólo para los propios individuos, sino también para la sociedad y la economía”.

 

Según estimaciones de Naciones Unidas, en todo el mundo unos 230 millones de adultos (15-64 años) o 5.0 por ciento de la población adulta consumió una droga ilícita al menos una vez en 2010, incluyendo cerca de 27 millones de personas con graves problemas de drogas.

 

La base de datos mundial de OMS complementa la información ya disponible sobre el alcance y los daños asociados a los trastornos por consumo de sustancias. Los perfiles de los países incluidos en el nuevo sistema cubrirá 88 por ciento de la población mundial.

 

“La disponibilidad de tratamiento contra la adicción a las drogas está muy por debajo de tratamientos y cuidados que se ofrecen para otras enfermedades según nuestros datos”, explicó el coordinador de la gestión del equipo de Uso de Sustancias de la OMS, Vladimir Poznyak.

 

“Por ejemplo, sólo 45 por ciento de los países evaluados son capaces de proporcionar medicamentos esenciales para tratar la dependencia a la heroína y otros opiáceos”, detalló.

 

Añadió que “en casi la mitad de los países donde el tratamiento no está disponible una de cada cinco personas con trastornos por consumo de drogas se beneficia de los servicios”.

 

Una cuarta parte de los países que identifica los opiáceos como el principal problema de drogas, no ofrece la gama de medicamentos recomendados por la OMS, indicó.

 

La adicción a las drogas es un trastorno que puede tratarse eficazmente con medicamentos de bajo costo y terapias psicológicas estandarizadas.

 

En particular, el tratamiento de la dependencia de la heroína ha sido muy exitoso en la reducción de la infección por el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), la delincuencia y el riesgo de muerte por sobredosis.

 

La OMS ha estado trabajando estrechamente con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito desde 2009 para aumentar el acceso al tratamiento para las personas con trastornos por consumo de drogas.

 

La comprensión de que el abuso de drogas, en su esencia, es un problema de salud pública se ha incrementado en los últimos años.

 

Sin embargo, sólo 82 países ofrecen servicios especiales de salud para las personas con trastornos por consumo de drogas, señaló la OMS sin especificar los países.