KABUL. Al menos 40 personas murieron y decenas fueron heridas en un ataque suicida múltiple y en un operativo de la OTAN que convirtieron el día de ayer en una de las jornadas más sangrientas para los civiles en los últimos años en Afganistán.

 

El incidente de mayor gravedad tuvo lugar en torno a las 11.00 hora local en las afueras de la ciudad meridional de Kandahar, donde un comando de insurgentes se inmoló en un mercado cercano al aeropuerto, informaron fuentes oficiales.

 

El gobernador provincial, Toryalai Wisa cifró el número de fallecidos en 22 -todos ellos civiles- y el de heridos en 50, algunos de ellos de carácter grave.

 

Los talibanes se atribuyeron la autoría del atentado y uno de sus portavoces aseguró que en la acción murieron 17 soldados de la misión de la OTAN en Afganistán (ISAF).

 

La Alianza Atlántica desmintió, no obstante, esta información.

 

“La explosión ocurrió a varios kilómetros de distancia de la instalación militar utilizada por la ISAF en el aeropuerto de Kandahar y nunca podría haber herido a las tropas que allí trabajan”, afirmó la comandancia, en un comunicado.

 

Horas antes del ataque en Kandahar, otros 18 civiles -incluidos mujeres y niños- habían fallecido en una operación conjunta de tropas afganas y de la OTAN en la provincia de Logar, en el centro del país.

 

El jefe de la Policía provincial, Ghulam Sakhi Rogh Liwanai, dijo que las víctimas habitaban una casa de la localidad de Sajawand que fue atacada de madrugada por fuerzas aliadas bajo la sospecha de que servía de refugio a un dirigente talibán identificado como Qari Sardar.

 

Un portavoz de la ISAF, reconoció la existencia del ataque, pero afirmó no poder confirmar la muerte de civiles durante la operación.

 

“Sabemos que hay alegaciones sobre lo ocurrido en el incidente armado”, se limitó a decir.

 

El principal portavoz talibán, Zabiulá Mujahid, negó, por su parte, que en la zona residiera ningún líder insurgente.

 

“No tenemos ningún dirigente con el nombre de Qari Sardar”, dijo Mujahid, contactado telefónicamente desde Kabul, antes de añadir desde algún lugar desconocido que “el enemigo tiene por costumbre matar civiles y luego decir que eran talibanes”.

 

La anterior jornada más negra para los civiles en Afganistán tuvo lugar en diciembre de 2011, cuando un doble atentado suicida de corte sectario segó la vida de 62 personas en Kabul y la ciudad septentrional de Mazar-i-Sharif.

 

Las tropas de la OTAN comenzaron el pasado julio a retirarse de manera gradual de Afganistán y a transferir la competencia de la seguridad a las fuerzas de este país en un proceso que debe concluir en 2014, si se cumplen los plazos previstos. EFE