PARÍS. El crecimiento, el empleo y la aplicación de reformas en el pacto europeo de austeridad, figuran entre los principales objetivos del presidente electo de Francia, François Hollande, quien por cierto, ya recibió el mensaje proveniente de Alemania en el que la canciller Angela Merkel le señala que el pacto no es renegociable porque “no se podría trabajar hacia el interior de la Unión Europea”. A pesar de ello, Merkel declaró que recibirá a Hollande con “los brazos abiertos”.

 

Merkel, quien tuvo en el presidente saliente de Francia, Nicolas Sarkozy, un gran aliado, subrayó que Alemania trabajará con Hollande “intensamente” en busca de una fórmula para “lograr a la vez una consolidación presupuestaria y un crecimiento sólido”, ya que “lo uno no va sin lo otro”.

Y es que el domingo, tras conocerse su victoria en las urnas por algo más del 51% de los votos sobre Sarkozy, Hollande resaltó su intención de dar a la construcción europea una dimensión de crecimiento y empleo y, horas después, destacó que su triunfo electoral supone “un cambio para Europa”.

 

Hollande quiere plantear a Merkel una reforma del tratado europeo, firmado a principios de marzo pasado, que incluya medidas de reactivación económica, como contrapeso al rigor presupuestario.

Además de con Merkel, Hollande se reunirá próximamente con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, para discutir una agenda basada en el crecimiento y el empleo.

Al respecto, el comisario europeo de Empleo y Asuntos Sociales, Laszlo Andor, afirmó que la campaña electoral de Hollande contribuyó a que en la política europea se “haga mucho más énfasis en el crecimiento y el empleo”.

 

Los mercados financieros no recibieron la recibieron la victoria de François Hollande de manera agresiva. Tampoco las temerarias agencias de calificación. Una de ellas, Fitch Ratings indicó que la elección del socialista François Hollande como presidente de Francia “no tiene implicaciones” negativas.

La agencia señaló, no obstante, que la victoria socialista en los comicios presidenciales “marca un importante cambio en el liderazgo de Francia y Europa”.

 

Por otra parte, entre las promesas de campaña que hizo Hollande, se encuentra su intención de adelantar a finales de este año la retirada de las tropas francesas de Afganistán, asunto del que el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, habló ayer con Hollande.

 

A todos esos asuntos se añade la intensa agenda internacional que Hollande deberá cumplir en los próximos días, la cumbre del G8 en Camp David el 18 y el 19 de mayo y la de la OTAN en Chicago, los días 20 y 21 y, durante ese desplazamiento hacia EU, Holande espera reunirse en la Casa Blanca con el presidente estadunidense, Barack Obama.

 

Respecto Estados U01nidos, la Casa Blanca afirmó ayer que la alianza con Francia se mantendrá igual de “fuerte” tras la victoria de Hollande y negó que le preocupe un supuesto impacto negativo en la economía de la eurozona.

El portavoz de la residencia presidencial, Jay Carney, recordó que Barack Obama telefoneó el domingo a Hollande para felicitarlo y subrayarle la importancia de la alianza entre ambos países.

”Y esa alianza es tan fuerte hoy (lunes) como lo fue la semana pasada”, aseguró Carney, quien también esquivó las preguntas sobre si el nuevo enfoque económico prometido por Hollande, que busca alejarse de las medidas de austeridad, es el adecuado para la eurozona.

”Europa tiene sus propios problemas con la crisis de la eurozona, y no vamos a dictar a ningún país qué políticas deben aplicar”, finalizó el portavoz.

 

A los buenos deseos de Obama se sumaron también personalidades como el presidente de Rusia, Vladímir Putin o el primer ministro japonés, Yoshihiko Noda.

De igual manera, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, felicitó por teléfono a Hollande, a quien deseó suerte en su gestión y le expresó su deseo de que España y Francia mantengan su cooperación y el actual clima de confianza.

En Latinoamérica, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, envió su felicitación a Hollande, al igual que los jefes de Estado de Colombia, Juan Manuel Santos y el de Bolivia, Evo Morales. (Con información de EFE)