PARÍS. El socialista François Hollande se impuso en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas ante el conservador Nicolas Sarkozy, quien se convirtió en el duodécimo mandatario engullido por la crisis económica y financiera europea desde 2010.

 

El candidato socialista logró entre un 51.8% y un 52.7% de los votos frente al 48% de Nicolas Sarkozy, según las encuestas, que bastaron para que el presidente francés reconociera rápidamente su derrota.

 

Desde Tulle, en el centro del país, antes de viajar a París para celebrar su victoria, Hollande destacó que los franceses habían “elegido el cambio” y que, entre sus prioridades, figura impulsar una “reorientación de Europa hacia el empleo, el futuro y el crecimiento”.

 

El gobierno alemán fue uno de los primeros en comprometerse a mantener una “estrecha colaboración” con Hollande para atajar la crisis de la zona euro, desde la doble perspectiva del pacto fiscal y también del crecimiento económico.

”Ambas partes están dispuestas a buscar un compromiso pragmático y viable para lograr el objetivo común de la estabilización del euro”, afirmó el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle, en declaraciones a la televisión pública ZDF.

 

Hollande, hace unos días, anunció que si ganaba, viajaría a Berlín para plantear a la canciller Angela Merkel una reforma del tratado firmado a principios de marzo pasado, que incluya medidas de reactivación económica como contrapeso al rigor presupuestario.

La victoria del político socialista francés supone un salto cualitativo por el peso que tiene este país en la configuración de las políticas de la Unión Europea, a través del denominado eje franco-alemán.

 

Ya en París, en una plaza de la Bastilla tomada por miles de socialistas, Hollande comentó: “Entiendo su esperanza, entiendo sus demandas (…) Voy a trabajar para cumplir. Gracias a todos”.

 

“Esta es una gran victoria para nuestro país”.

 

Los presentes se entregaron a Hollande cuando mencionó “Yo seré el presidente de los jóvenes”. Hollande culminó su discurso improvisado con la Marsellesa de fondo.

 

 

Por su parte, Nicolas Sarkozy, en un discurso emotivo (sin rasgos agresivos como sucedió entre la primera y segunda vuelta) declaró: “Asumo toda la responsabilidad de esta derrota”, y deseó “buena suerte” a Hollande, ante cientos de simpatizantes reunidos en el centro de París.

”He hecho todo lo posible para hacer triunfar las ideas que nos unen”, agregó Sarkozy, quien afirmó que “nunca” olvidará el honor de haber presidido el país, pero no reveló si continuará en la vida política.
Para finalizar, el aún presidente dijo: “Soy francés, soy republicano (…) no soy la imagen que mis enemigos crearon de mi durante la campaña”.

 

 

El gobierno belga felicitó “calurosamente” a Hollande por medio de su primer ministro, el socialista Elio Di Rupo, quien le ofreció su colaboración para trabajar a nivel europeo por el crecimiento y el empleo.

Di Rupo añadió que espera trabajar con Hollande y los demás líderes de la Unión Europea “en la concretización de un plan de crecimiento y creación de empleos”.

 

En su saludo a Hollande, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, también expresó su convicción de que podrá contar con él para avanzar en la integración europea y relanzar el crecimiento en el continente.

”Tenemos claramente un objetivo común: relanzar la economía europea para generar un crecimiento duradero, que se base en unos cimientos sólidos y sea fuente de generación de empleos. Debemos transformar ahora estas aspiraciones en acciones concretas”, afirmó Barroso en un comunicado.

 

 

Por su parte, el presidente del Parlamento Europeo, el socialista alemán Martin Schulz, auguró un cambio de rumbo para impulsar el crecimiento en Europa con Hollande.

En un breve comunicado, felicitó al nuevo presidente francés y afirmó: “Ahora es el momento de un cambio de dirección en Europa”.

 

El canciller federal de Austria, Werner Faymann, uno de los pocos socialdemócratas que gobierna en un país miembro de la zona euro, el éxito electoral de Hollande es “un importante impulso para una política que aboga por más crecimiento y empleo en Europa”.

Destacó que el crecimiento y el empleo son “los dos parámetros centrales para la estabilidad y la paz social en el viejo continente.