PARÍS. Los candidatos a la Presidencia de Francia, François Hollande y Nicolas Sarkozy, lanzaron insistentes mensajes hacia los votantes de la ultraderechista Marine le Pen, tercera en la primera vuelta de los comicios del domingo pasado.

 

“El voto a Le Pen no es un voto contra la Republica porque se expresa dentro del marco de la República”, defendió Sarkozy en un mitin celebrado en Longjumeau, a las afueras de París, en rechazo a quienes sitúan el voto a la ultraderechista fuera del sistema.

 

“Nadie piensa que Marine Le Pen pueda gobernar Francia”, había señalado no obstante el presidente-candidato en una entrevista en televisión a primera hora de la mañana, quien estimó que los 6.4 millones de electores que votaron al Frente Nacional depositaron en la urna “un voto de crisis”.

 

El ascenso de la extrema derecha en Francia responde según análisis de Sarkozy de la consecuencia de “cuatro años de crisis enorme”.

 

En su discurso en Longjumeau, Sarkozy repitió sus mensajes sobre los inmigrantes y sobre la necesidad de que los extranjeros se integren en Francia y rechazó prácticas culturales como el velo integral, “que martirizan”  a las mujeres que lo portan, agregó.

 

Por su parte, Hollande aseguró que una parte del electorado de la candidata de ultraderecha viene “de la izquierda” y que parte de sus votantes reflejan la “cólera social”.

 

En una entrevista en el diario Libération, el socialista aseguró que parte del electorado de Le Pen “viene de la izquierda y debería volver a encontrarse al lado del progreso, de la igualdad, del cambio, del esfuerzo compartido y de la justicia, porque está contra los privilegios, contra la globalización financiera, contra una Europa desfallecida”.

 

Hollande  describió los votantes de zonas rurales como un “electorado de sufrimiento, compuesto de asalariados, artesanos y obreros que viene en un verdadero sentimiento de abandono”.

 

No obstante, Hollande dejó claro que su prioridad es reunir el voto de izquierda en torno a su candidatura en la segunda y definitiva vuelta, el próximo 6 de mayo.

 

Hollande, rechazó un debate en la radio que propusieron, de manera inédita, cuatro emisoras y que aceptó rápidamente Sarkozy “sin condición alguna”.