México DF.-El presidente español, Mariano Rajoy, se sintió en México como en su casa. Este país se ha convertido en el principal aliado de España en Latinoamérica justo cuando el ejecutivo español tiene una batalla abierta con el argentino por su decisión esta semana de nacionalizar la empresa YPF, en manos de Repsol, de la cual la paraestatal Pemex es el tercer accionista. México es el primer país del continente que pisa Rajoy como jefe de gobierno. Aunque la visita estaba planeada con anterioridad le vino como anillo al dedo a ambos gobiernos que fuera justo ahora. Rajoy llegó directamente a participar en el Foro Económico Mundial (WEF) que se celebra en Puerto Vallarta, Jalisco, como acto inaugural de un viaje que venia a apuntalar la presencia empresarial española en México y Colombia, los dos grandes países, además de Chile, con gobiernos conservadores en el continente. Sin embargo, en el marco de la expropiación de YPF, Rajoy ha encontrado además, aliados para defender su causa, al menos en México. El presidente Felipe Calderón ya le abonó el terreno un día antes de que llegase su homólogo español con declaraciones firmes contra la decisión de Argentina. Ya aquí se deshicieron uno y otro en elogios mutuos y aseguraron que las relaciones bilaterales pasan “por su mejor momento”.

 

Rajoy agradeció a Calderón el apoyo y hizo especial hincapié en que en México si existe seguridad jurídica para las empresas españolas. Este episodio pareciera cerrar las suspicacias desatadas entre agosto y febrero entre ambos países justo por la compra de acciones de Repsol por parte de Pemex, donde el gobierno español limitó la participación de la paraestatal a menos de un 10% para que no tuviese capacidad de decisión. Mientras en aquel momento se impusieron los intereses españoles ahora Calderón no hizo ningún reclamo por ello sino que defendió la estrecha colaboración económica entre ambos países. España es el segundo país extranjero con más inversión aquí. En este sentido, Calderón pidió al mandatario español favorecer también la inversión mexicana en España. Entre ambos países hay un volumen de negocio de casi 9.000 millones de dólares. “Debe haber más España en México y más México en España”, instó Calderón. Rajoy le contestó en el brindis de honor, cuando, copa en mano, instó al empresariado de los dos países a trabajar “codo con codo” por el desarrollo de ambos países y de la región. Así mismo brindó por la “prosperidad y felicidad de los mexicanos, del presidente Felipe Calderón y por la  inalterable amistad de nuestros países”.

 

Sin embargo, en esta visita llamó la atención que Rajoy no tuvo reuniones privadas con los principales empresarios mexicanos como acostumbran a hacer los jefes de gobierno españoles. Aunque en Vallarta habló ante los principales emprendedores no tuvo encuentros particulares. También se notó la ausencia de personajes destacados del mundo de la cultura o de la política en la recepción en la Embajada española, exclusivamente para la colonia española.

 

Y es que el mandatario no pasa por su mejor momento. Mientras Rajoy estaba en México, su ministra de Sanidad, Ana Mato, anunciaba los nuevos recortes, que avanzan en el copago farmaceútico. Con esta nueva medida, Rajoy ya incumple todas sus promesas de campaña electoral: no recortar en sanidad, educación, pensiones,… Sin embargo, el presidente Calderón elogió su política de ajustes. Más humor tuvo Marcelo Ebrard, quién en la entrega de las Llaves de la Ciudad hizo una referencia a una reunión que tuvo con alcaldes españoles donde hablaron de “catástrofes, y no económicas”, dijo en un guiño. El acto de entrega se hizo, paradójicamente, en el Salón de Cabildos, el mismo donde ejerció el gobierno republicano en el exilio después de la guerra civil española, esa memoria histórica que precisamente Rajoy nunca ha querido recordar.