JERUSALÉN. El dirigente palestino Saeb Erekat entregó ayer en Jerusalén al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, una carta del presidente palestino, Mahmud Abás, con las condiciones para reanudar el estancado diálogo de paz.

 

La entrega de la misiva, preparada desde hace semanas, quedó parcialmente eclipsada por la repentina e inexplicada ausencia del acto del primer ministro palestino, Salam Fayad, que inicialmente iba a liderar la delegación palestina.

 

En un comunicado conjunto difundido tras el encuentro, Netanyahu señala que responderá por escrito en dos semanas.

 

“Ambas partes esperan que el intercambio de cartas ayude a encontrar una vía para lograr la paz”, señala la breve nota del encuentro, celebrado en la residencia oficial de Netanyahu.
También participaron en la entrevista el líder del equipo negociador israelí con los palestinos, Itzhak Moljo, y el responsable de los servicios de inteligencia general de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mayid Faray.

 

En la misiva, Abás insta al Ejecutivo de Netanyahu a “aceptar la solución de dos Estados en las fronteras de 1967 con cambios menores de tierra en igual tamaño y valor acordados en común” y a cesar la construcción en los asentamientos judíos en Cisjordania y Jerusalén Este.

 

También exige que “libere a todos los presos, en particular los encarcelados antes de 1994”, y que revoque todas las decisiones adoptadas desde 2000 (inicio de la Segunda Intifada) “que minan los acuerdos firmados entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP)”.

 

De no cumplirse estas cuatro condiciones, los palestinos “buscarán la implementación completa de la legislación internacional en lo referente a los poderes y responsabilidades de Israel como potencia ocupante”.

 

En el texto, Abás reitera su “pleno compromiso con la política de tolerancia cero con la violencia”.

 

El presidente palestino había recibido presiones para no incluir amenazas directas de disolución de la organización administrativa temporal creada por los Acuerdos de Oslo y en una entrevista al diario Al-Ayam, precisó que dicha opción está “fuera de cuestión”.

 

La oficina de Fayad declinó comentar los motivos de su ausencia, si bien medios locales apuntan a que no quería reunirse con Netanyahu en el Día del Prisionero, en el que dos mil 300 reclusos palestinos rechazaron la comida y entre mil 200 y mil 600 han iniciado una huelga de hambre.