SEÚL. El joven líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, habló ayer por primera vez ante las masas para ensalzar al régimen comunista y a su fundador y abuelo, Kim Il-sung, cuyo centenario se celebró con un espectacular desfile militaren Pyongyang.

 

“Continuemos hasta la victoria final”, alentó Kim, en un discurso leído de unos 20 minutos y retransmitido por la televisión estatal norcoreana, KCTV, a los miles de soldados dispuestos en módulos en los 75 mil metros cuadrados de la plaza Kim Il sung de la capital.

 

El sucesor, cuya edad se estima en 28 o 29 Kim Jong-un se estrena como orador años, ofreció “el más puro respeto y el más alto honor a los grandes camaradas Kim IlSung y Kim Jong-Il”, a los que definió como “el fundador y el constructor” de las Fuerzas Armadas norcoreanas, de más de un millón de efectivos.

 

Finalizada la lectura de Kim, llegó la parte más espectacular del desfile, cuando un gran mosaico humano convirtió la gigantesca plaza principal de Pyongyang en una colorida alfombra de nombres, lemas, símbolos y banderas.

 

Bajo la mirada del líder, miles de norcoreanos dibujaron con movimientos coordinados los tres nombres de la dinastía Kim, consignas como el omnipresente “Songun”, símbolos comunistas como la hoz y el martillo, y finalmente la bandera nacional..

 

La alocución pública realizada por Kim Jong-un se considera inusual ya que su padre, Kim Jong-il, que gobernó el país durante 17 años desde 1994 hasta su muerte el pasado diciembre, sólo pronunció:“¡Gloria a los heroicos soldados del Ejército Popular de Corea!” en 1992, durante el desfile por el 60 aniversario de las Fuerzas Armadas.

 

El discurso del sucesor fue, por tanto, el evento más destacado del desfile que ha conmemorado el centenario del nacimiento de su abuelo Kim Il-sung, considerado “presidente eterno” de un país que cada año festeja su cumpleaños como el “Día del Sol”.