Beirut- El ejército sirio lanzó el domingo una ofensiva para recuperar el control de los suburbios al este de Damasco, donde enfrentó a grupos de desertores en diversas partes del país con saldo de al menos 62 muertos, dijeron habitantes y activistas.

 

El asalto militar en el oriente de la capital siria provocó la desbandada de los vecinos y causó al menos la muerte de tres civiles, según activistas en otro hecho de violencia en el levantamiento contra el presidente Bashar Assada que comenzó hace 10 meses.

 

En otro episodio, seis soldados murieron por la explosión de una bomba cerca del autobús donde viajaban a pocos kilómetros al sur de la capital.

 

Los soldados apoyados con unos 50 tanques y decenas de vehículos blindados atacaron el domingo una franja de suburbios y aldeas en la periferia oriental de Damasco conocida como al-Ghouta, una zona agrícola con mayoría suní, donde los desertores del ejército han aumentado las acciones en los últimos días.

 

Algunos de los enfrentamientos ocurrieron a menos de cuatro kilómetros de Damasco, en Ein Tarma, el punto de conflicto hasta ahora más cercano a la capital.

 

La presencia de los rebeldes muy cerca de la capital es sorprendente en una Siria bajo un control rígido y es indicio de que el régimen de Assad podría estar perdiendo el control o montando una trampa para los opositores antes de relanzarse a la ofensiva.

 

El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos afirmó que al menos 27 civiles murieron el domingo en Siria, principalmente en la lucha en los suburbios de Damasco y en la ciudad central de Homs. Agregó que también murieron 36 soldados y nueve desertores. Los efectivos fallecieron en emboscadas cerca de la capital y en la provincia norteña de Idlib.

 

La organización activista de los Comités Locales de Coordinación estimó que la cifra fatal fue de 50 el domingo. De momento no pudieron reconciliarse los datos dispares.

 

La situación ha impulsado a naciones árabes y occidentales a tratar de hallar una solución. Las Naciones Unidas calculan que han muerto hasta ahora por lo menos cinco mil 400 personas por la violencia en Siria.

 

La ONU realiza conversaciones sobre una nueva resolución para Siria y la próxima semana examinará el plan de paz propuesto por la Liga Arabe para terminar con la crisis.

 

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, expresó preocupación por la decisión de la Liga de suspender su misión de monitoreo y le pidió a Assad que “pare inmediatamente el derramamiento de sangre”. Hizo las declaraciones el domingo en una cumbre de la Unión Africana en Addis Abeba, Etiopía. (AP)